Una de las consecuencias del envejecimiento puede ser la falta de sueño. Es importante tener en cuenta alternativas a las pastillas para dormir en ancianos, ya que muchas personas pueden ver afectada su salud por estos fármacos. El insomnio puede ser un problema, pero también el tratarlo sin cuidado.
En miResi apostamos por alcanzar el bienestar y la salud de las personas mayores. Es por eso que buscamos ofrecer medidas para que las personas mayores puedan afrontar sus problemas de la manera más adecuada posible.
Buscamos alternativas menos agresivas a las pastillas para dormir en ancianos. Desde suplementos hasta infusiones, es posible conciliar el sueño de una forma más natural y saludable. En este artículo te contamos todo lo que deberías saber sobre las pastillas para dormir en ancianos y las posibles alternativas a su uso.
Contenidos
1. Los riesgos de las pastillas para dormir en ancianos
Aunque las pastillas para dormir en ancianos pueden llegar a ser necesarias para tratar síntomas como el insomnio, estos tratamientos no están exentos de riesgo. Es común que se receten fármacos como las benzodiacepinas, más conocidos por sus nombres comerciales como Valium, Lexatin o Trankimazin.
Este grupo farmacológico posee propiedades hipnóticas y sedantes, lo que hace que sean tan eficaces a la hora de tratar el insomnio. Sin embargo, también producen otros efectos secundarios. Las benzodiacepinas son potentes depresores del sistema nervioso central, pudiendo causar una sedación demasiado intensa o desorientación. Al ser sustancias psicotrópicas, también pueden nublar el juicio del paciente.
No es de extrañar que en las contraindicaciones de estos fármacos se avise a los usuarios sobre no conducir o manejar maquinaria pesada. Las capacidades psicomotrices se ven seriamente afectadas bajo los efectos de las pastillas para dormir en ancianos.
Además, las benzodiacepinas tienen una acción prolongada en el cuerpo, pudiendo durar su efecto más de 12 horas. Esto puede hacer que aunque las personas mayores duerman profundamente, les cueste más levantarse y se encuentren desorientadas por las mañanas. Siendo la confusión y la apatía problemas comunes en las personas mayores, este tipo de medicación puede servir de ejemplo sobre cómo en ocasiones es peor el remedio que la enfermedad.
También hay que tener en cuenta que las pastillas para dormir en personas mayores son psicofármacos que pueden generar adicción, con los procesos de tolerancia y dependencia que esto conlleva. Si el tratamiento se prolonga en el tiempo, puede ocurrir que la dosis resulte cada vez más insuficiente para el paciente. La dependencia también es un efecto común en las benzodiacepinas, presentando un efecto rebote al retirarlas. Las personas mayores se acostumbran a su uso y al interrumpir el tratamiento pueden presentarse los síntomas que en un principio se trataban de evitar: insomnio, ansiedad, agitación e incluso síndromes de abstinencia.
Cabe recordar que aunque un uso principal de las benzodiacepinas sea su papel como las pastillas para dormir en ancianos, estos fármacos se recetan en muchos más casos. Por su acción ansiolítica y relajante es común que se receten para pacientes con ansiedad o incluso problemas de tensión muscular.
Por sus capacidades y su potencial de adicción, las benzodiacepinas son el medicamento con receta del que más se abusa en España. Conviene tener en cuenta esto a la hora de tratar la salud mental y física de nuestras personas mayores.
2. Alternativas a las pastillas para dormir en ancianos
Como ya hemos visto, los efectos globales de las pastillas para dormir en ancianos pueden ser en ocasiones demasiado intensos para atajar el problema del insomnio. Ante problemas de salud y farmacológicos, siempre recomendamos consultar con un médico. Es importante el conocimiento de un profesional sanitario para que nuestras personas mayores reciban el mejor tratamiento posible. Deben estar informados del historial médico del paciente así como de su estado actual y del problema que se quiere solucionar.
De todos modos, es común tanto en medicina general como en psiquiatría que se receten pastillas para dormir en ancianos sin un seguimiento continuado de la pauta, lo que puede ocasionar problemas. Las personas mayores suelen tomar mediación de algún tipo para tratar alguna condición médica. Estos fármacos pueden interactuar con las pastillas para dormir en ancianos, razón de más para actuar con cautela y solicitar información y consejo a tu médico de confianza.
Aquí te ofrecemos una serie de métodos que pueden servir de alternativa a las pastillas para dormir en ancianos. Menos agresivos y más naturales, alguna de estas opciones puede ser lo que las personas mayores necesiten para conciliar el sueño de manera sana y segura.
2.1. La melatonina
La melatonina es una hormona generada de forma natural por nuestro cuerpo. Su función principal es la de regular el sueño. Se asocia su presencia con los llamados ritmos circadianos, el ciclo de vigilia y sueño que vivimos aproximadamente cada 24 horas.
Al caer la noche aumenta la producción de melatonina en nuestro organismo por la falta de luz. En situaciones normales, este es uno de los factores que nos ayuda a conciliar el sueño. Sin embargo, situaciones como la vejez, la depresión, los cambios estacionales o el “jet lag” pueden disminuir nuestros niveles de melatonina.
La melatonina ayuda a marcar y reforzar nuestro ritmo circadiano, ayudando a dormir y descansar mejor. También se emplea en el tratamiento de otros síntomas como las cefaleas o migrañas en las personas mayores. Tomando un poco de melatonina todas las noches poco antes de dormir, la melatonina funciona como inductor del sueño. Cabe destacar que la toma deberá ser todos los días aproximadamente a la misma hora para que el cuerpo se acostumbre mejor al nuevo ciclo de sueño que estamos marcando.
La principal ventaja de la melatonina frente a fármacos como las benzodiacepinas es su mecanismo de acción. La melatonina no es un sedante, sino un inductor del sueño. Esto quiere decir que no actúa como depresor del sistema nervioso central, pero facilita el conciliar el sueño. Su efecto menos agresivo y con mayor ausencia de efectos secundarios indeseados la hace nuestra primera recomendación como alternativa a las pastillas para dormir en ancianos.
Cabe destacar que hay trastornos del sueño persistentes que la melatonina no consigue aplacar, pero sigue siendo una primera opción más benigna que los sedantes habituales.
La melatonina suele consumirse en forma de pastilla aunque también puede tratar de introducirse de una manera más natural en la dieta. Como la melatonina es una hormona generada de forma natural por nuestro cuerpo, podemos recurrir a alimentos específicos para producir más melatonina. El maíz, las cerezas, las nueces o el arroz contienen precursores de la melatonina que pueden ayudar a las personas mayores a conciliar el sueño de forma sana y natural.
2.2. Las infusiones
Las infusiones han sido uno de los remedios caseros más utilizados tradicionalmente para tratar problemas como el insomnio. Existen multitud de plantas que se utilizan en infusiones para tratar diferentes dolencias o simplemente para disfrutar de una bebida caliente y aromática.
En el tratamiento del insomnio destaca la tila por sus propiedades relajantes. Su uso tradicional ha demostrado que la tila ayuda a conciliar mejor el sueño y a calmar el ánimo, además de ofrecer otros beneficios. Es especialmente útil en casos de hipertensión por su excelente efecto sobre el sistema cardiovascular. Por si fuera poco, también ayuda a combatir resfriados y dolores como las migrañas.
Otra infusión popular por su acción calmante es la valeriana. Esta planta lleva usándose para combatir el insomnio desde la Antigua Grecia y sus propiedades siguen vigentes a día de hoy. La Agencia Europea del Medicamento considera a la valeriana como un remedio eficaz para el insomnio y el nerviosismo.
Tampoco podemos dejar de recomendar la lavanda. Esta planta aromática cuenta con estupendas cualidades para combatir el insomnio. La infusión de lavanda ofrece un efecto relajante ideal para disfrutar de una taza antes de ir a dormir. Además cuenta con otras propiedades beneficiosas para el organismo, ya que facilita la digestión y es un excelente antiinflamatorio. Por si fuera poco, la lavanda huele de maravilla, convirtiéndola en una alternativa a las pastillas para dormir en ancianos sana y agradable.
2.3. El triptófano
El triptófano es un aminoácido esencial presente en multitud de alimentos. Supone una pieza fundamental para la correcta producción de la serotonina, el neurotransmisor que regula nuestro estado de ánimo. Un déficit de triptófano y por tanto de serotonina es en ocasiones la causa de problemas como el insomnio, la ansiedad o la depresión.
El triptófano se obtiene mediante la alimentación. Se encuentra en alimentos ricos en proteínas como la leche, el pollo, la carne roja o el pescado. También está presente en numerosos vegetales, como en los cereales integrales, las almendras, los cacahuetes, la calabaza o el plátano.
Para la correcta asimilación del triptófano, son necesarios niveles adecuados de magnesio y vitamina B6. Si necesitas más información al respecto no te pierdas nuestro artículo sobre la importancia de las vitaminas en personas mayores.
Además de incluirlo en la dieta, el triptófano también puede incorporarse mediante suplementos nutricionales y de farmacia. El importante papel que juega en la producción de serotonina y melatonina hacen del triptófano una de nuestras recomendaciones como alternativa a las pastillas para dormir en ancianos.
2.4. Un vaso de leche
Aunque no sea por su acción farmacológica, tomar un vaso de leche antes de meterse en la cama resulta de ayuda para dormir mejor. Los nutrientes que ofrece y su sabor son solo algunas de las ventajas que presenta este método casero.
Tomar una bebida caliente puede favorecer a calmar los nervios y relajar el cuerpo, siendo un método muy bueno para el insomnio. También puede ayudar el efecto nostálgico. Muchas personas mayores han tomado de niños un vaso de leche caliente antes de irse a dormir.
Sea como sea, es un método agradable que funciona, saludable y sin efectos secundarios. Los mayores pueden acompañarlo con unas galletas, lectura, escuchar la radio o una conversación para hacer el momento de irse a la cama más agradable y especial.
2.5. Ejercicio ligero
Otra forma natural de combatir el insomnio es el ejercicio ligero. La actividad física moderada una hora antes de ir a dormir facilita el sueño. Siempre y cuando las personas mayores se encuentren en un estado de salud física que lo permita, algo de ejercicio ligero es recomendable.
No es necesario que los mayores suden la gota gorda para poder dormir. Ejercicios básicos como realizar estiramientos, dar un paseo o practicar yoga son aliados estupendos en la lucha contra el insomnio. Además de ayudar a dormir mejor, el ejercicio físico ofrece estupendos beneficios para la salud. Nunca es tarde para ponerse en forma y conectar con tu cuerpo.
3. En miResi te ofrecemos alternativas a las pastillas para dormir en ancianos
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Fuentes
Agencia Europea del Medicamento: https://www.ema.europa.eu/en/medicines/herbal/valerianae-radix
