En el espectro de las enfermedades oncológicas, el cáncer de pulmón se destaca como uno de los retos más apremiantes, y su impacto en la población anciana adquiere una dimensión particularmente significativa. Enfrentar esta patología en la etapa de la vida en la que la sabiduría y la experiencia se entrelazan con los desafíos físicos y emocionales es una tarea compleja que requiere un enfoque profesional y compasivo.
El proceso de envejecimiento en sí mismo trae consigo una serie de factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo del cáncer de pulmón en los mayores: desde la exposición prolongada al humo del tabaco y la inhalación de sustancias químicas nocivas, hasta cambios fisiológicos. La capacidad reducida del sistema inmunológico para combatir el crecimiento celular anormal, combinada con la disminución de la función pulmonar y la fragilidad, puede dificultar tanto el diagnóstico como el tratamiento eficaz de esta patología en las personas de edad avanzada.
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¿Qué es el cáncer de pulmón?
El cáncer de pulmón es una enfermedad maligna que se origina en los tejidos pulmonares y se caracteriza por el crecimiento descontrolado de células anormales en los pulmones. Estas células cancerosas pueden formar tumores y diseminarse a través del sistema linfático o la corriente sanguínea hacia otras partes del cuerpo, en un proceso conocido como metástasis.
Existen dos principales tipos de cáncer de pulmón:
- Carcinoma de células no pequeñas (CPCNP). Es la tipología más común y representa, aproximadamente, el 85% de los casos totales. Puede darse en paciente fumadores o no fumadores. Este carcinoma se divide, a su vez, en otros tres subtipos: carcinoma de células escamosas, adenocarcinoma y carcinoma de células grandes.
- Carcinoma de células pequeñas (CPCP). Constituye el 15% de los casos totales y tiende a crecer y propagarse de manera más agresiva que el CPCNP. Generalmente se presenta en pacientes fumadores.
Síntomas del cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón puede manifestarse a través de una gran variedad de síntomas, de acuerdo con tres factores: la tipología, el estadio y la respuesta individual de cada paciente. No obstante, muchos de estos signos pueden ser indicativos de otras afecciones pulmonares.
Algunos de los síntomas del cáncer de pulmón en mayores son:
- Tos persistente. La presencia de una tos crónica que no desaparece y empeora con el tiempo es uno de los síntomas más comunes. Esta tos puede ir acompañada de flemas o sangre.
- Dificultad para respirar. La falda de aliento, especialmente durante actividades que solían ser fáciles de realizar, puede ser otro de los signos clave.
- Dolor intenso en el pecho. Puede variar de leve a intenso y empeorar al toser, reír o respirar profundamente.
- Ronquera. Los cambios en la voz, como la ronquera persistente, pueden ser un síntoma temprano de cáncer de pulmón.
- Dolor óseo. En etapas avanzadas, el cáncer puede diseminarse a los huesos, provocando dolor.
- Problemas neurológicos. Incluyen dolores de cabeza, mareos, debilidad o entumecimiento en extremidades, convulsiones o cambios en la memoria y el estado mental.
- Infecciones recurrentes del tracto respiratorio. Los pacientes con cáncer de pulmón pueden ser más propensos a desarrollar infecciones respiratorias recurrentes, como bronquitis o neumonía.
- Pérdida de peso sin razón aparente. Si se produce una pérdida de peso significativa sin una explicación clara puede ser un signo de cáncer de pulmón.
Causas y factores de riesgo del cáncer de pulmón en mayores
El cáncer de pulmón en mayores puede ser el resultado de múltiples factores de riesgo acumulados a lo largo de la vida. Aunque la principal causa es el consumo de tabaco, existen otra que también contribuyen al desarrollo de la enfermedad en este grupo etario:
- Tabaquismo. Se considera que alrededor del 80% de los casos de cáncer de pulmón se deben a esta causa. Incluso tras décadas sin fumar, el riesgo puede persistir, aunque disminuye gradualmente con el tiempo.
- Exposición pasiva al humo del tabaco. Las personas mayores que han estado expuestas al humo del tabaco de forma pasiva durante largos períodos pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
- Exposición ambiental. La exposición a sustancias químicas y contaminantes en el ambiente puede favorecer la aparición de esta patología.
- Antecedentes familiares. Existe una predisposición genética al cáncer de pulmón.
- Enfermedades pulmonares preexistentes. La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o la fibrosis pulmonar pueden causar daño pulmonar y aumentar la susceptibilidad a las mutaciones genéticas que conducen al cáncer.
- Edad y envejecimiento. La vejez en sí misma es un factor de riesgo. A medida que las personas envejecen, las causas aumentan la probabilidad de desarrollar esta patología. Además, el sistema inmunitario se debilita, reduciendo la capacidad del cuerpo para combatir y controlar el crecimiento de células cancerosas.
¿Cómo se clasifica el cáncer de pulmón?
Cuando se habla de cáncer de pulmón, se tratan las diferentes etapas de evolución a través de los estadios. Internacionalmente, estos estadios se clasifican por medio de la denominación TNM, con el fin de tener una descripción estandarizada de los distintos tipos de cáncer de pulmón.
- Componente T: Determina el tamaño del tumor.
- T0: Ausencia de tumor
- T1: Tumor menor a 3cm
- T2: Tumor entre 3 y 7 cm
- T3: Tumor mayor a 7 cm
- T4: Tumor extendido a otras zonas del cuerpo
- Componente N: Hace referencia a los ganglios linfáticos (nódulos).
- N0: Los ganglios linfáticos no están afectados
- N1: El tumor afecta a los ganglios intrapulmonares
- N2: El tumor afecta a los ganglios del mediastino (espacio anatómico ubicado entre los pulmones y que contiene el corazón, esófago y grandes vasos)
- N3: El tumor afecta a los ganglios por encima de la clavícula y otras zonas del cuerpo
- Componente M: Decreta la existencia de metástasis.
- M0: Ausencia de metástasis
- M1: Hay metástasis
Fases y estadios del cáncer de pulmón
Considerando estas tres variables, se determina el estadio. Existen 5:
- Estadio 0. El tumor no ha llegado a invadir los tejidos pulmonares más internos ni los ganglios linfáticos. Se encuentra solo en las capas superiores de las células de las vías respiratorias.
- Estadio I. El tumor está única y exclusivamente en el pulmón. Según el caso, se podría llegar a extirpar a través de cirugía.
- Estadio II. Determinadas células cancerosas del pulmón comienzan a invadir los ganglios linfáticos cercanos.
- Estadio III. Se distingue entre estadio IIIa y estadio IIIb. En el estadio IIIa, el cáncer podría encontrarse diseminado en otras zonas ganglionares, o que presenta cierto tamaño que dificulta la resección del mismo. El tratamiento necesario se determina según las comorbilidades, posible respuesta al tratamiento que será dirigido por el oncólogo.
- Estadio IV. El cáncer se disemina al otro pulmón, al líquido que lo rodeo o cualquier lugar fuera del tórax a través del torrente sanguíneo. Una vez en la sangre, el cáncer puede extenderse a cualquier parte del cuerpo, como el cerebro, los huesos, el hígado y las glándulas suprarrenales. En esta etapa, el tratamiento tiene como objetivo controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
De acuerdo con la Sociedad Española de Oncología Médica, el cáncer de pulmón es el tercer más frecuente en el mundo y se considera el tumor con mayor índice de mortalidad. Su detección temprana es fundamental para mejorar las tasas de supervivencia.
Hay que tener en cuenta que en pacientes mayores el pronóstico, la tolerabilidad de los fármacos, o tratamiento invasivo es peor siendo importante la opinión del paciente tanto en la necesidad de realizar métodos invasivos como no invasivos para el diagnóstico. Además de su estado actual, comorbilidades junto con sus deseos de cómo quisiera ser su fallecimiento, se convierten en una guía importante en las decisiones tanto del médico como de los familiares.
Hay que entender que, en caso de no realizarse pruebas diagnósticas extensas ni tratamientos, podrían ser derivados a una unidad de cuidados paliativos que permiten que el paciente se encuentre acompañado en su evolución clínica, y que en caso de fallecer exista la posibilidad de que lo haga de la mejor forma posible, confortable, sin sufrimiento, en su domicilio junto a sus seres queridos.
Fuente:
Sociedad Española de Oncología Médica: https://seom.org/
