El aumento de la expectativa de vida en los mayores conlleva un incremento en la prevalencia de enfermedades y lesiones relacionadas con la edad, como puede ser la fractura de cadera que suele afectar especialmente a la población de más de 75 años con gran incidencia después de los 85 años. La rehabilitación de cadera en mayores, tras este tipo de rotura es fundamental, para ayudar a restaurar la función, promover la movilidad y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Contenidos
¿Qué es una fractura de cadera?
Una fractura de cadera es una lesión grave que, generalmente, se produce en personas mayores debido a la debilidad ósea asociada a condiciones como la osteoporosis. En términos médicos, la fractura de cadera es una lesión en la región proximal del hueso del fémur. Este tipo de lesión puede suponer muchas complicaciones para los mayores, como disminución de la movilidad, dependencia funcional o incluso puede llegar a poner en riesgo la vida del que la sufre.
Una fractura de cadera se produce a partir de una caída o un traumatismo que afecta la zona de la cadera. La fractura se puede detectar debido a un dolor intenso en la cadera, dificultad para mover la pierna afectada o incapacidad para apoyar el peso sobre la pierna.
Principalmente, hay dos tipos de fracturas de cadera:
- Fractura de cadera intracapsular: La fractura se produce en la cápsula articular de la cadera, que es la que rodea y protege la articulación. Pueden afectar a la cabeza femoral (menos frecuentes) o al cuello femoral.
- Fractura de cadera extracapsular: Como su nombre indica, esta fractura se produce fuera de la cápsula articular de la cadera. Pueden ser fracturas intertrocantéricas, que son las que se producen entre el cuello del fémur y las trocánteres (protuberancias del hueso que se encuentra debajo del cuello de éste), o fracturas subtrocanterianas, que ocurren debajo de los trocánteres.
¿Por qué se produce una fractura de cadera?
La fractura de cadera es una dolencia muy común en mayores que puede darse por múltiples causas, muchas de ellas durante actividades de la vida diaria. Una caída directa sobre la cadera o un golpe fuerte en la zona pueden resultar en una rotura. Incluso un mal movimiento o giro de pie, puede ocasionar este tipo de lesión.
En los mayores, además de las causas relacionadas con las caídas y la movilización de las miembros inferiores, otra de las grandes causas es la osteoporosis. Esta afección es especialmente frecuente en las mujeres después de la menopausia, provoca el debilitamiento de los huesos debido a la disminución de la densidad ósea. Esto conlleva que los huesos se vuelven más frágiles y propensos a fracturarse.
En la casi totalidad de los casos, esta lesión implica una intervención quirúrgica para tratar la rotura del hueso, para colocar una prótesis de cadera o fijar la zona con placas, tornillos u otros dispositivos.
Tras la operación, será necesario un proceso de rehabilitación y fisioterapia para restaurar la movilidad, fortalecer los músculos de alrededor de la articulación y asegurar una recuperación exitosa.
¿Cómo se hace la rehabilitación de fractura de cadera tras la operación?
Dependiendo del tipo de fractura de cadera que haya sufrido el mayor, el programa de rehabilitación que se lleve a cabo será distinto para cada caso. Además, la rehabilitación de cadera tiene diferentes fases que explicamos a continuación.
Primeros pasos: Evaluación y diagnóstico médicos
Para realizar un plan de rehabilitación de cadera individualizado y adaptado a las necesidades específicas del paciente, resulta fundamental una evaluación médica exhaustiva que tenga en cuenta todos los factores que atañen a la salud del paciente, no únicamente la fractura. En este sentido, los profesionales de la salud deben exponer un historial clínico detallado, examinar al paciente y, si es necesario, realizar pruebas de diagnóstico por imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, que permitirán saber la gravedad y la causa base de la fractura de cadera. Control
Control del dolor y manejo de la inflamación
El dolor y la inflamación van asociados a las fracturas de cadera en personas mayores. En este sentido, el tratamiento farmacológico resulta fundamental para controlar estos síntomas. Se recomienda la ingesta de analgésicos y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, debido a que los medicamentos antiinflamatorios esteroideos retrasan la curación ósea y, por tanto, la recuperación de la fractura de cadera se alargaría en el tiempo. A pesar de ello, en casos específicos y bajo supervisión médica, se pueden suministrar inyecciones locales de corticosteroides (esteroides) para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
Fisioterapia y ejercicios terapéuticos para la rehabilitación de cadera
La fisioterapia es clave para conseguir una rehabilitación completa de una fractura de cadera en una persona mayor. El objetivo de los fisioterapeutas en estos casos es ayudar a fortalecer los músculos que rodean la articulación de la cadera, aumentar la estabilidad, reducir la rigidez articular y mejorar la movilidad. Es por ello que emplean diferentes técnicas, como terapia manual, ejercicios terapéuticos y modalidades físicas.
Estos son algunos de los ejercicios más comunes para una rehabilitación de cadera:
- Ejercicios de rango de movimiento: Se trata de movimientos de flexión, extensión, abducción, aducción y rotación de la cadera. Su objetivo es ayudar a mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento de la articulación de la cadera.
- Fortalecimiento de los músculos de la cadera y las piernas: Estos ejercicios consisten en levantar la pierna mientras se está acostado o sentado, hacer ejercicios de resistencia con bandas elásticas o emplear máquinas de entrenamiento de fuerza.
- Entrenamiento de equilibrio y estabilidad: Estos ejercicios, que ayudan a mejorar el equilibrio y la estabilidad, son los más sencillos de realizar. Se trata de estar apoyado solo en una pierna para mejorar el equilibrio, caminar en línea recta y en zigzag y, en ocasiones, se usan plataformas de balance con el mismo fin.
- Ejercicios de marcha y transferencias: La fisioterapia también se enfoca en mejorar la capacidad para caminar y realizar movimientos seguros, como levantarse de una silla o una cama. Es recomendable usar herramientas que ayuden al proceso de rehabilitación, como bastones o andadores.
- Ejercicios de estiramiento: Se trata de hacer estiramientos muy suaves para mantener la flexibilidad articular y muscular, evitar la rigidez y prevenir las contracturas. Existen estiramientos específicos para la zona de la cadera y los muslos.
Terapia ocupacional para la rehabilitación de cadera
El objetivo de la terapia ocupacional es ayudar a los mayores a realizar actividades diarias y a mejorar su autonomía funcional. En el caso concreto de la rehabilitación de cadera, un terapeuta ocupacional puede enseñar técnicas de conservación de energía, formas de adaptar el entorno del mayor y estrategias para minimizar el estrés en la articulación de la cadera. Asimismo, al igual que los fisioterapeutas, pueden recomendar el empleo de bastones o andadores, para mejorar la movilidad y reducir el riesgo de caídas.
La rehabilitación postoperatoria desempeña un papel crucial en la recuperación del mayor para que pueda recobrar, en la medida de lo posible, la movilidad y funcionalidad perdida con la lesión. Para ello, es fundamental que los médicos y fisioterapeutas trabajen en estrecha colaboración para elaborar un programa de rehabilitación específico para el paciente de forma que tras el programa de ejercicios graduales, fortalecimiento muscular progresivo y movilización temprana para rehabilitar la función y la movilidad de la cadera pueda recuperar su calidad de vida.