El informe social se posiciona como uno de los documentos más relevantes dentro de nuestro ámbito de trabajo, junto con la historia social y la ficha social. Su función principal no solamente se limita a informar sobre una situación determinada, sino que también implica realizar una valoración o diagnóstico exhaustivo.
Dentro del contexto de las residencias, el informe social se erige como un instrumento esencial para la comprensión y evaluación integral de la realidad de los residentes. Este documento se centra en la recopilación de datos y, además, trata de proporcionar un análisis riguroso y contextualizado de la situación social de cada individuo.
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De acuerdo con las reglas de la ética del trabajo social, un informe social es una opinión técnica, ya que se plasma como un documento especialmente elaborado y firmado por un trabajador social. Asimismo, conforme a los códigos éticos vigentes, se pueden emplear otros instrumentos complementarios, tales como las historias sociales, los perfiles sociales, las escalas de valoración social y, por último, las puntuaciones de intervención social, con el propósito de llevar a cabo un diagnóstico preciso y una posterior intervención adecuada.
El propósito del informe social siempre debe estar encaminado a identificar y describir con precisión las necesidades, capacidades y recursos de cada residente. Además, busca establecer un diagnóstico social que permita comprender los factores que influyen en la calidad de vida y el bienestar general del individuo.
El trabajador social ejerce un papel central en la elaboración del informe social. Gracias a su formación especializada, experiencia y enfoque humanista, este profesional se convierte en un intermediario clave entre la institución y el residente. Su labor consiste en recopilar información relevante, realizar entrevistas en profundidad y establecer una relación empática con el mayor y su entorno cercano.
El papel de los trabajadores sociales en la elaboración de los informes sociales es absolutamente significativo. Centraliza a los responsables de escribir informes y crear diagnósticos de seguimiento que servirán como insumos para la intervención programática cuando sea necesario.
La redacción de un informe social constituye un aspecto esencial. Se trata de una representación real, fácil de entender, detallada y fiable, precisa y clara que nos ayuda a comprender mejor la situación social que describe.
Respecto al trabajo social en residencias de mayores, el informe social brinda datos sobre los territorios sociofamiliares de los residentes, los centros de convivencia y adaptación, las áreas de tiempo libre y ocio, así como las condiciones económicas en cada caso individual.
Por norma general, los informes sociales que se realizan desde una residencia de personas mayores son derivados por varios motivos:
- Iniciativa del trabajador social de la residencia para iniciar cualquier trámite de un residente
- Solicitados desde una Administración Pública
- Petición de entidades privadas, normalmente trabajadores sociales de residencias de gestión privada
- Petición del residente o familia
Los informes realizados a instancia del centro residencial suelen ser por diferentes razones:
- Para iniciar procedimientos de incapacitación judicial: casos de demencia, sin apoyo familiar, conflictividad familiar en lo que concierne al residente…
- Para comunicar a Fiscalía situaciones de desprotección que requieran de una actuación urgente y/o de medidas cautelares: familiares que les quitan el dinero a los residentes y estos no pueden pagar la residencia, por ejemplo, o no pueden hacerse cargo de sus gastos personales.
- Para justificar una solicitud de traslado a otro centro por no conseguir adaptarse al actual o considerar que no es el recurso adecuado.
Solicitados desde una Administración Pública
Cuando el informe social es solicitado desde una Administración Pública, suele ser para:
- Realizar el expediente de dependencia: se solicita informe social, PIA y trámite de consulta. Según la normativa de dependencia, este informe social se tiene que realizar desde los servicios sociales generales o comunitarios, aunque está establecido que sean los profesionales de los centros públicos quienes lo hagan, ya que conocen al residente y pueden valorar si la residencia es el recurso adecuado para atender su situación de dependencia.
- Realizar inventario o rendición anual de cuentas ante el Juez de un residente incapacitado judicialmente. En este caso, son solicitados por la Sección de Tutelas, encargada de realizar este trámite.
- Por traslado de un residente a otro centro. Debe pedirlo otro trabajador de otra residencia pública.
Solicitados por entidades privadas
En el caso de los informes solicitados por entidades privadas, suelen realizarse, básicamente, por traslado-derivaciones a centros residenciales privados. deben solicitarlos los profesionales para tener información del perfil de usuario para poder trabajar con él.
Solicitados por interesado o familiar
Aunque en raras ocasiones se llevan a cabo, los informes sociales solicitados por el interesado o familiar pueden elaborarse cuando es la familia quien lleva la incapacitación de su familiar.
La redacción de un informe social para residencias requiere de un enfoque profesional y detallado. Este documento desempeña un papel crucial en la comprensión de las necesidades y circunstancias de los residentes, así como en la toma de decisiones y planificación de intervenciones adecuadas.
Fuente:
International Federation of Social Workers (IFSW): https://www.ifsw.org/declaracion-global-de-los-principios-eticos-del-trabajo-social/