Las causas de la pérdida de peso en los mayores suelen ser numerosas y también puede ser múltiples cuando se combinan varias, pero es un hecho que después de cierta edad se comienzan a perder kilos.
Una de las principales razones por las que las personas mayores sufren pérdida de peso involuntaria es porque tienen malos hábitos alimenticios. En algunos casos es la consecuencia de una vida joven y adulta en la que la alimentación no se ha relacionado con la nutrición. Y se ha caído en vicios o hábitos insanos que se acentúan al llegar a la vejez.
En otros casos los malos hábitos se adquieren al llegar a la ancianidad y pueden deber a muchos motivos. En ocasiones, la razón es que encuentran la satisfacción que ya no haya en otros aspectos de su vida. O, el consuelo a la soledad en alimentos insanos.
En otros, por el contrario, su situación anímica provoca que pierdan el interés por la comida. Y así logran que su dieta se empobrezca y reduzca. De modo, que la pérdida de peso lleve aparejada una desnutrición que puede llegar a ser grave si no se toman medidas relevantes para atajarla con rapidez.
Pero la pérdida de peso en ancianos, por malos hábitos alimentarios tiene otro motivo que suele ser frecuente. Este obedece a la pérdida de capacidades. El cansancio, las molestias físicas, los dolores o el miedo a olvidarse el fuego encendido son algunos de los diversos motivos por los que los mayores dejan de prepararse su comida. Si viven solos y dejan de preparar sus propios alimentos, terminan comiendo cualquier cosa que tengan a su alcance. Y esta comida, pocas veces es saludable. No es ni nutritiva ni permite mantener una dieta equilibrada.
Esta pérdida de peso en las personas mayores a veces, puede estar ocasionada por distintas situaciones, entre ellas, distintas patologías médicas de importancia que deben ser atendidas.
Por ello es fundamental prestar atención al mayor y evaluar las posibles causas de una pérdida de peso inexplicable.
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¿Cuando se considera importante una pérdida de peso involuntaria?
Cuando se llega a edades avanzadas es normal que aparezca la llamada «anorexia del envejecimiento», como explican desde Intramed. Esta situación hace que disminuyan la masa muscular (músculos), la masa ósea (huesos) y la tasa de metabolismo basal. Además, en esta etapa los mayores pierden parte de los sentidos de gusto y del olfato mientras que aumenta la velocidad a la que se sienten saciados al comer.
Todo lo anterior afecta el mantenimiento del peso corporal, pero según numerosos estudios, la pérdida que se produce como consecuencia de esta afección no suele ser de gran importancia, pues es leve y paulatina. Además, después de cierto tiempo los mayores aunque bajen poco a poco unos kilos mantienen ese peso por varios años.
Todo lo anterior afecta el mantenimiento del peso corporal, pero según numerosos estudios, la pérdida que se produce como consecuencia de esta afección no suele ser de gran importancia, pues es leve y paulatina. Además, después de cierto tiempo los mayores, aunque bajen poco a poco unos kilos mantienen ese peso por varios años.
Cuando la pérdida de peso es más notable y se da en poco tiempo la situación cambia. Si bien no se ha establecido una cantidad exacta de kilos que haga saltar las alarmas, a nivel clínico muchos especialistas consideran que si se baja un 5% o más del peso corporal en un periodo de seis meses a un año es necesario investigar la causa.
La pérdida de peso repentina en las personas mayores de 70 años puede ser una de las primeras señales de un problema de salud de mayor gravedad además de afectar de forma significativa otros valores, como por ejemplo la masa ósea (debilitamiento de los huesos), lo que provoca que los mayores tengan mayor riesgo de sufrir importantes fracturas como las de cadera.
¿Cuáles son las posibles causas de la pérdida de peso en mayores?
Las razones para la pérdida de peso de los mayores de forma inexplicable, son numerosas como señalan desde la Clínica Mayo, y pueden combinarse varias, agravando la situación. Entre las más comunes destacan:
- Infecciones prolongada que no han sido detectadas o que están bajo tratamiento
- Uso de ciertos medicamentos que reducen el apetito o provocan pérdida de peso como efecto secundario.
- Cáncer
- Enfermedades cardíacas
- La enfermedad de Parkinson, puede derivar en una pérdida de peso no intencionada.
- La enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia, afectan las tareas habituales, como hacer la compra o cocinar, lo que a su vez incide en la cantidad de alimentos ingeridos.
- El deterioro paulatino de las funciones cognitivas y la memoria.
- La depresión. Si un mayor ha perdido recientemente a su pareja o amigos o vive aislado socialmente puede verse afectado por esta patología.
- La disfagia o dificultad para tragar o deglutir alimentos. Esta causa fisiológica contribuye de forma importante a la pérdida de peso en quienes la sufren.
Cuidar el peso de los mayores
La pérdida de peso en los ancianos, especialmente si no tiene una explicación y se produce de manera relativamente rápida, puede ser señal de una enfermedad u otros problemas médicos subyacentes. De allí la necesidad de consultar con un especialista, que pueda determinar las causas y establecer el tratamiento adecuado, si fuese necesario.
Es de vital importancia para las personas mayores seguir unas recomendaciones para mantener una vida saludable y esto incide directamente en el cuidado de su peso. En edades avanzadas, la Sarcopenia (Pérdida de masa muscular esquelética que se asocia al envejecimiento y contribuye, en gran medida, a la discapacidad y a la pérdida de independencia).
Desde el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, señalan unas recomendaciones:
- Seleccione alimentos ricos en fibra como panes y cereales integrales, frijoles, nueces y semillas sin sal, verduras de colores intensos (como judías/habichuelas verdes) y frutas.
- Evite los alimentos fritos. En su lugar, elija alimentos asados, a la parrilla o hervidos.
- Tome leche baja en grasa o descremada fortificada con vitamina D; productos lácteos o leche de soja, almendras, arroz, u otras bebidas con suplementos de vitamina D y calcio agregados para ayudar a los huesos fuertes a medida que envejece.
- Tome líquidos durante todo el día. Es posible que a medida que envejece se siente menos sed, pero el cuerpo necesita líquidos para estabilizarse sano y con buena digestión. Si tiene un problema de control de la vejiga , consulte con su médico sobre los líquidos que debe tomar, así como la cantidad y cuándo tomarlos.
- Consulte con su profesional de atención médica si es recomendable que se vuelva activo o incremente su actividad física y cómo hacerlo de manera segura.
- Elija actividades físicas que disfrute y pueda hacer solo o con un amigo o grupo.
- Manténgase conectado con la familia, los amigos y su comunidad.