Con frecuencia, los términos demencia y Alzheimer se emplean de manera intercambiable. No obstante existen notables diferencias entre demencia y Alzheimer. La demencia no constituye una enfermedad en sí misma, sino más bien un conjunto de síntomas que denotan un deterioro funcional del cerebro. Aunque existen similitudes entre ambas, resulta fundamental destacar las diferencias clínicas significativas referentes a sus causas subyacentes, síntomas, diagnósticos y tratamiento. Tanto la demencia como el Alzheimer se engloban dentro de las denominadas enfermedades neurológicas, siendo ambas irreversibles y degenerativas, lo que implica que las funciones orgánicas dañadas o perdidas del paciente no puedan regenerarse
Se trata, pues, de dos conceptos distintos, aunque estrechamente relacionados, porque el Alzheimer es la principal causa de Demencia.
La capacidad de realizar un diagnóstico diferencial entre demencia y Alzheimer adquiere una importancia primordial, ya que permite ofrecer un tratamiento adecuado y brindar cuidados específicos a cada mayor. Los métodos utilizados para llevar a cabo la evaluación y diagnóstico incluyen pruebas neuropsicológicas, análisis de sangre, imágenes cerebrales y evaluación exhaustiva del historial médico.
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¿Qué es la Demencia?
La Demencia hace referencia a un grupo de signos y síntomas causados por una alteración cerebral que provoca la pérdida de capacidades cognitivas (memoria, pensamiento y habilidades sociales). Esto impide que las personas, en su mayoría de edad avanzada, puedan desarrollar su vida diaria con normalidad, lo que conlleva una pérdida de autonomía y dependencia.
Aunque a menudo es uno de los primeros signos de la afección, el hecho de padecer pérdida de memoria no significa que se tenga demencia.
Tipos de Demencia
A la hora de clasificar una demencia, es necesario establecer si esta es reversible (tumores cerebrales, deficiencias derivadas por determinados medicamentos…) o irreversible. Con respecto a las demencias calificadas como irreversibles, se incluyen:
- Alzheimer. Se trata de la causa más común de demencia progresiva en personas mayores, representando más del 70% de las demencias diagnosticadas.
- Demencias Vasculares. Junto con el Alzheimer, es la demencia con mayor incidencia. Se produce, principalmente, como consecuencia de un derrame o infarto cerebral y puede afectar de manera irreversible a capacidades como la memoria o el habla.
- Demencia por Cuerpos de Lewy. Este tipo de demencia se origina debido a la acumulación de depósitos de proteínas en distintas áreas del cerebro, dificultando el funcionamiento de determinados neurotransmisores. Se trata de una demencia progresiva que afecta a la memoria, el estado anímico, el razonamiento o el sueño, al igual que el Alzheimer.
Aunque estos tipos de demencia representan un gran número de diagnosticados, existen otras como la Demencia por Parkinson, Demencia por Enfermedad de Huntington o Demencia frontal-temporal (Enfermedad de Pick).
¿Qué es el Alzheimer?
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa producida por cambios patológicos que van alterando el funcionamiento de las neuronas. A medida que las neuronas mueren y se atrofian diferentes zonas del cerebro, se produce una pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales.
Diferencias entre Demencia y Alzheimer
De acuerdo con la Confederación Española de Alzheimer, las principales diferencias entre demencia y Alzheimer están determinadas por su origen, evolución, síntomas y cuidados y tratamientos.
- Origen: Aunque parece tener cierto carácter hereditario, las causas de la enfermedad de Alzheimer se desconocen por el momento. Suele comenzar a manifestarse de forma paulatina en las personas mayores de 65 años y los primeros síntomas son considerados por la familia como descuidos propios de la edad. Por su parte, el origen de la demencia puede identificarse con mayor precisión, ya que puede deberse, fundamentalmente, a la presencia de tumores, las secuelas de una infección, el consumo de drogas o el sufrimiento de patologías degenerativas, como el Parkinson.
- Evolución: La principal diferencia entre ambas es la posibilidad de mejora. El Alzheimer evoluciona progresivamente y sus síntomas avanzan con el tiempo, agravándose hasta poder provocar la muerte de la persona que padece la enfermedad. No obstante, en algunos casos concretos de demencia es posible que haya una mejora del paciente, que dependerá del origen, el tipo y la naturaleza.
- Síntomas: Tanto las personas con demencia como aquellas con Alzheimer poseen una misma percepción de la realidad, aunque también puede haber casos en los que la sintomatología difiera en función de las circunstancias y los factores implicados en su aparición.
- Cuidados y tratamientos: La atención suele ser diferente entre las personas mayores con demencia o Alzheimer. Según la fase en la que se encuentre el Alzheimer o el origen de la demencia, el cuidado será uno u otro y el tratamiento farmacológico variará. Esto mismo ocurre con las terapias no farmacológicas, dependiendo de la evolución se impartirán unos tratamientos u otros.
Similitudes entre Demencia y Alzheimer
Existen similitudes entre demencia y Alzheimer que pueden llevarnos a creer que se trata de la misma enfermedad. Ambas condiciones pertenecen al grupo de enfermedades neurológicas y comparten características irreversibles y degenerativas, lo que significa que las funciones orgánicas dañadas o perdidas no pueden ser recuperadas. En ambos casos, tener antecedentes familiares de la enfermedad, hipertensión arterial y ser mujer pueden aumentar el riesgo de desarrollar alguna de estas patologías.
En cuanto a los síntomas, una pérdida de memoria a corto plazo es común en ambas enfermedades. Sin embargo, la memoria a largo plazo, es decir, los recuerdos de eventos pasados, se conserva. Este es el primer síntoma compartido entre ambas enfermedades. Otro síntoma común es la dificultad para socializar y relacionarse por parte de los pacientes. En el caso de la demencia, este síntoma tiende a ser más grave o se manifiesta con mayor frecuencia.
Comprender las diferencias entre demencia y Alzheimer es crucial tanto para los profesionales de la salud como para los familiares y cuidadores de las personas mayores afectadas. La identificación temprana y el diagnóstico preciso permiten un manejo adecuado de la enfermedad, la planificación de cuidados a largo plazo y la implementación de estrategias de apoyo que aporten a estos enfermos mejor calidad de vida y, en todo caso, ralentizar el deterioro que provocan tanto la demencia como el Alzheimer. No se debe olvidar que los tratamientos no farmacológicos, han de hacerse extensivos no solo al paciente, también se debe apoyar , asesorar e instruir a sus familiares y/o cuidadores.