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¿Cómo se curan las heridas en personas mayores?

El tiempo pasa para todos y hace estragos en el cuerpo de todos nosotros. Tenemos muy interiorizado esto. De hecho, cuando nos hacemos mayores y empezamos a escuchar peor o a ver cada vez menos y menos, les denominamos achaques de la edad. Pero muchas veces nos olvidamos de que no solo perdemos la vista o el oído, nuestra piel también cambia y se deteriora. Con los años, la piel se va convirtiendo en una capa más y más fina, pierde flexibilidad y es más propensa a sufrir heridas y hematomas. Por eso, desde miResi queremos ayudar a los más mayores y a sus familiares a aprender a curar heridas en personas mayores. 

Pero, ¿qué tienen de distinto las heridas en personas mayores? Principalmente son iguales que las heridas de toda la vida. Sin embargo, podemos tener problemas para que cicatricen si tomamos algún medicamento específico, por ejemplo. También es posible que no podamos ponernos puntos si la zona en la que tenemos el corte es de piel muy fina.  

En miResi queremos ayudarte a tí y a tus seres queridos. Si crees que tu mayor se está volviendo cada vez más dependiente, en miResi queremos ayudarte. Contamos con un excelente equipo de profesionales que te asesorarán de forma completamente gratuita. Te escucharán y ayudarán en todo el difícil proceso de encontrar la residencia idónea para tu ser querido. Escríbenos o llámanos y te atenderemos de forma personalizada. 

1. ¿Cuáles son las Heridas en Personas Mayores más Comunes?

Debemos tener en cuenta que no todas las heridas son iguales, ya que pueden ser generadas de formas muy diversas. En ocasiones, la forma en la que la herida fue ocasionada es más importante de lo que creemos, ya que esto nos ayudará a tratarla de una manera o de otra. 

Por eso, desde miResi queremos hacer un repaso por el tipo de heridas más comunes entre las personas mayores. ¡Sigue leyendo para no perderte ninguna y tenerlo todo muy claro!

1.1. Heridas superficiales

En el caso de este tipo de heridas por lo general no suele hacer falta mucho tratamiento. Es más, con un poco de agua oxigenada y una tirita suele bastar. Estas heridas son las que aparecen y a veces no sabemos ni como. Cuando nos cortamos con el filo de una hoja de papel al leer una revista, por ejemplo, se crea una herida superficial. Dolorosa, pero superficial. 

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La piel de las personas mayores es más propensa a sufrir lesiones

1.2. Heridas profundas

Por lo general, las heridas profundas más comunes suelen ser causadas en la cocina. Al fin y al cabo, cuando estamos cocinando usamos cuchillos. Pasados los años, cogemos confianza a la hora de usarlos y el más mínimo despiste puede hacer que terminemos haciéndonos un corte más profundo de lo normal. Lo primero es no entrar en pánico. No logramos nada entrando en pánico. Seguido de esto, si el corte es muy profundo y sangra mucho, lo que podemos hacer es mojar un paño en agua fría y enrollar la herida con él. Así, cortaremos la hemorragia tarde o temprano. En cuanto hayamos hecho esto, lo mejor será dirigirnos al hospital o ambulatorio más cercano para recibir ayuda cuanto antes.  

Lo más seguro es que necesitemos unos puntos en la zona del corte, para conseguir que se cierre cuanto antes. Estos no son muy dolorosos y hacen una labor excelente ya que consiguen que la piel vuelva a la normalidad en un abrir y cerrar de ojos. 

1.3. Rozaduras

Otras heridas que a veces pasan desapercibidas, pero hay que saber cómo tratarlas, son las rozaduras. Parece algo insignificante, pero puede ser un incordio y molestar mucho. También es verdad que por lo general las rozaduras se relacionan directamente con los zapatos. Toda nuestra vida hemos tenido que lidiar con zapatos que nos hacen rozaduras y hacen de nuestro día todo un infierno. 

Sin embargo, conforme nos vamos haciendo mayores y nuestra piel se va volviendo más y más frágil, las rozaduras empiezan a aparecer de forma más sencilla en otras zonas. Por ejemplo, la ropa puede hacernos rozaduras. Las costuras o los cuellos de las camisas son de un material más duro y pueden hacernos heridas por la fricción. Por eso, cuando somos mayores se suele optar por llevar ropas más cómodas y sin costuras. 

1.4. Úlceras por presión

Este tipo de heridas es algo más preocupante y se da sobre todo en las personas con movilidad reducida. ¿Y esto por qué? Al pasarse mucho tiempo en la misma posición, ya sea en la cama o en una silla de ruedas, la piel acaba sufriendo mucho debido a la presión que ejerce el propio cuerpo. Esta presión hace que los vasos sanguíneos de una zona determinada se acaben rompiendo, creando las úlceras

También hay que tener en cuenta que las úlceras se presentan en etapas, siendo la primera etapa la menos agresiva y la 4 la más agresiva. Con esto queremos decir que hay distintas formas de tratarlas dependiendo en la etapa en la que las encontremos. Por ejemplo, si las úlceras se encuentran en la etapa 1 o 2, se podrán curar sin problemas. Simplemente habrá que prestarles la atención que se merecen y cuidarlas cuidadosamente. Por otro lado, si las úlceras se encuentran en la etapa 3 o 4, son bastante más difíciles de tratar por lo que puede que se conviertan en algo crónico, o tardarán mucho tiempo en curarse. 

2. Así se Curan las Heridas en Personas Mayores

Hay muchas formas para dañar nuestra piel y es por eso que también hay muchas formas de curarla. Por eso, debemos tener en cuenta cómo ha sucedido la herida para saber cómo tratarla y que nuestra piel vuelva a la normalidad cuanto antes. En miResi queremos que sepas cómo tratarlas dependiendo de lo que te haya sucedido.

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No todas las heridas pueden curarse igual

2.1. Heridas que sangran

2.1.1. Limpiar las manos

Lo primero que debemos hacer ante una herida que sangra es intentar tener las manos lo más limpias posible. Tanto si somos nosotros mismos los que tenemos la herida como si es un ser querido. Una vez lavadas las manos, se procederá a la inspección de la herida. Por favor, nunca hay que ponerse nervioso ni entrar en pánico. Esto lo único que consigue es que no pensemos con claridad y las ideas se nos mezclen en la cabeza.

2.1.2. Lavar la herida

Para inspeccionar la herida, lo mejor es si contamos con guantes de látex. Una vez inspeccionada y estudiada, si la herida no es muy profunda, lo mejor es intentar lavarla con agua para parar la hemorragia. También podemos hacerlo con una mezcla de agua y jabón para que las posibilidades de que se infecte la herida disminuyan. El suero fisiológico también es una buena opción para limpiar la herida y ver su magnitud. 

2.1.3. Secar la herida

Una vez limpia, procederemos a secar la herida. Es muy importante no secarla con algodones ya que este se puede pegar a la herida aún húmeda y crear un problema mayor. Las gasas son la mejor opción para secar la herida. 

2.1.4. Identificar el objeto

Es muy importante que identifiquemos con qué nos hemos hecho la herida. Al fin y al cabo, no es lo mismo cortarse con un cuchillo limpio que con uno sucio u oxidado. Si era un metal oxidado lo mejor es que acudas cuanto antes al hospital para recibir la vacuna del tétanos si aún no la tienes. 

En el caso de que el corte se haya producido por culpa de unos cristales, hay que cerciorarse de que no se ha quedado ningún cristal o esquirla dentro de la herida. Sin embargo, si es un objeto que se ha clavado, como por ejemplo un clavo, no hay que retirarlo de donde está. Es preferible intentar inmovilizarlo y esperar a que un profesional nos lo pueda retirar.

2.1.5. Proteger la herida

Una vez limpia la herida y parado medianamente la hemorragia, lo que hay que hacer a continuación es protegerla. Para esto, lo más recomendable es usar una tirita si la herida no es muy grande o un apósito que la cubra por completo. Debemos tener en cuenta que hay que cambiarlos con frecuencia y pasadas unas horas . Si estamos en casa, lo mejor es dejar la herida un poco al aire libre para que pueda secarse y cicatrizar cuanto antes. 

2.2. Rozaduras

Aunque las rozaduras se curan prácticamente igual que las heridas que sangran, queremos dar unas pocas indicaciones para prevenir su aparición. 

2.2.1. Usar polvos de talco

Los polvos de talco son un gran aliado para prevenir la aparición de rozaduras. Al fin y al cabo, cuando hemos sudado o tenemos la piel algo más grasa de lo normal, con la fricción nuestra piel se irrita más. Por eso, si antes de salir de casa o antes de vestirnos nos cubrimos las zonas más propensas a la irritación con una capa fina de polvos de talco, podremos evitar la aparición de rozaduras. 

2.2.2. Vaselina 

En el caso de que notemos que nos está empezando a aparecer una rozadura, quizás sea buena opción optar por el uso de la vaselina. Con una capa delgada será suficiente. Gracias a la vaselina, nuestra piel recuperará la hidratación y por lo tanto, la zona se recuperará antes. ¡Ojo! Si no tenemos vaselina, el mejor sustituto es el aloe vera. No hay que echar cremas hidratantes, ya que estas suelen contener perfumes o sustancias que pueden hacer que nuestra piel responda de forma agresiva.

2.2.3. Cubrirla más de lo necesario

Con las rozaduras no nos la podemos jugar, ya que a la mínima nuestra piel puede volver a sufrir una rozadura.  Por eso, cuando estemos en el proceso de que se cure una rozadura reciente, lo mejor que podemos hacer es dejarnos la tirita o el vendaje. Por lo menos hasta que se haya curado por completo e incluso la costra se haya caído. Al fin y al cabo, con la fricción y el roce, si tenemos una costra reciente, no dejará de abrirse y volver a sangrar.

2.3. Úlceras

Para prevenir la aparición de úlceras, es muy importante no estar acostados o sentados en una misma posición muchas horas al día. Si nuestro mayor se encuentra encamado o en una silla de ruedas, tendremos que ayudarle a moverse y cambiar de postura de vez en cuando para evitar su aparición. No obstante, aunque hagamos todo lo necesario, a veces las úlceras aparecen queramos o no. Por eso, vamos a hacer un repaso por cómo cuidarlas dependiendo de la etapa en la que se encuentren. 

2.3.1. Etapa 1

Si conseguimos identificar la úlcera de forma temprana, podremos darle una cura bastante simple. Lavar la zona con agua y jabón pH neutro suele ser suficiente. Después, se seca la zona con mucho cuidado y al finalizar se le puede echar algo de crema hidratante. 

2.3.2. Etapa 2

Si la úlcera se encuentra en la segunda fase, deberemos aplicar solución salina para hacer que el tejido muerto desaparezca. Además, taparla con un vendaje específico también es importante. 

2.3.3. Etapas 3 y 4

Lo mejor es que si nos encontramos con una úlcera que está en la etapa 3 o la 4, vayamos al hospital a que nos traten las heridas. El personal sanitario sabrá exactamente cómo actuar en estos casos.

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Cuidar las heridas como es debido es muy importante

Las heridas como tal no tienen por qué preocupar a nadie. Pero cuando la magnitud de estas es superior a lo que estamos acostumbrados, acuda a un hospital cuanto antes. 

En el caso de que tu mayor se haya convertido en una persona algo dependiente, una residencia podría ser un buen lugar para él. En miResi podemos ayudarte. Sabemos que encontrar un centro de mayores que más se acerque a las necesidades de tu mayor no es para nada sencillo. Es por esto que nuestro equipo hace una gran labor ayudando a miles de familias para encontrar la residencia idónea. Escríbenos o llámanos y te atenderemos de manera personalizada,  sin compromiso y de forma completamente gratuita. 💚

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Óscar Sánchez
Graduado en Comunicación Audiovisual y guionista de vocación. Ahora, redactor de contenidos especializado en el bienestar de la tercera edad en miResi. Apuesta por la información de calidad con el propósito de ayudar a familias enteras a encontrar lo que buscan. Siempre de la manera más cercana posible.
Sobre el autor

Graduado en Comunicación Audiovisual y guionista de vocación. Ahora, redactor de contenidos especializado en el bienestar de la tercera edad en miResi. Apuesta por la información de calidad con el propósito de ayudar a familias enteras a encontrar lo que buscan. Siempre de la manera más cercana posible.
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