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¿Existe la Migraña en la Tercera Edad?

Las migrañas paralizan la actividad personal. El dolor incapacita al usuario para realizar las tareas intelectuales y físicas cotidianas, lo cual es un problema recurrente. Las jaquecas no son elementos exclusivos de la vejez, pero sí se acentúan con la edad. En este artículo, desde miResi, te hablamos de qué es y cómo se puede prevenir la migraña en personas mayores.

1. ¿Qué son las migrañas?

La migraña o jaqueca (cefalea es el nombre médico con el que se le conoce) es un dolor intenso y constante en la cabeza. Esta va, normalmente, asociada a otros problemas como las náuseas, la sensación de mareo o vértigo y la hipersensibilidad a los sonidos y las luces. Es una patología crónica que sufre un 10% de la población.

El dolor se caracteriza por darse en forma de pulsaciones o latidos. Es decir, el dolor se concentra en puntos concretos de la cabeza y se siente como una pulsión intensa. Se pueden sentir los latidos de los vasos sanguíneos. Esta sensación no tiene una duración determinada, por lo que se puede extender varios días.

La teoría principal es que el dolor se debe a la dilatación de los vasos que transportan la sangre en la cabeza. Esta dilatación produce un dolor intenso en la cabeza.

Anciana con problemas de migraña en personas mayores Anciana con problemas de migraña en personas mayores
Anciana sufriendo un episodio de migraña

1.1. Tipos de migraña

La migraña es una dolencia que se manifiesta de forma personalizada, es decir, cada paciente la experimenta de una forma y con una intensidad particular. Por ello, hay que realizar un análisis individual para aplicar medidas contra el dolor afines a cada persona.

1.1.1. Migraña sin aura (o común)

Sin previo aviso, es decir, sin la denominada aura, comienza a sentirse una punzada intensa en una parte de la cabeza. Este dolor en forma de latido se va expandiendo al resto de la cabeza rápidamente.

Los síntomas en ambos casos son similares: náuseas, vómitos, mareos, sensibilidad extrema a estímulos como la luz, el movimiento o el sonido y dificultad para ver.

1.1.2. Migraña con aura (o clásica)

El aura es una pérdida de visión previa a un ataque. Es una señal que se puede producir hasta dos días antes de la jaqueca que se manifiesta por medio de los problemas de visión. Estos pueden ir desde la aparición de destellos a la pérdida parcial de claridad. Este tipo es el menos habitual. No es corriente encontrar a personas que sufran de migrañas con aura.

La diferencia entre ambos tipos es básicamente la presencia de un “aviso” anterior al dolor. Los síntomas y la intensidad del dolor no cambian.

2. ¿Cambian las migrañas en la tercera edad?

Las jaquecas no se dan únicamente en la vejez, estas normalmente comienzan en la juventud y se extienden hasta la tercera edad. La situación se puede agravar con el tiempo. Los episodios pueden ser más asiduos e intensos con el paso del tiempo, lo que expone a nuestros mayores a una nueva situación de vulnerabilidad.

El grado de dolor es tal que la vida de nuestros familiares se paraliza y no pueden desarrollarse de forma autónoma.

3. ¿Cuáles son los síntomas de la migraña en personas mayores?

El síntoma principal de la jaqueca es el dolor intenso en forma de pinchazo en zonas concretas de la cabeza. La intensidad no es siempre la misma. Esta cambia en función de la persona, incluso de la misma persona según el momento. Las punzadas pueden ir desde una molestia ligera hasta la más intensa. Su duración es igualmente variable, oscilando entre las cuatro horas y las setenta y dos. Dentro de estos tiempos, el dolor no es continuo, sino que la intensidad aumenta o disminuye, dándose momentos de calma completa.

Los sentidos también se ven afectados por las cefaleas. Concretamente, la vista. La visión puede volverse borrosa, que aparezcan rayas en el campo de visión o la pérdida completa de visión. Los episodios de jaqueca conllevan un debilitamiento generalizado del cuerpo, pudiendo acentuarse en puntos concretos.

La sensación de mareo es generalizada, y puede conducir a los vómitos. La articulación de frases es compleja y las personas que las padecen se encuentran en un estado irracional. Este aturdimiento puede conducir al vértigo.

2.1. Ingreso hospitalario

Cuando el dolor se prolonga por un período demasiado largo o es demasiado intenso, las personas pueden ser ingresadas. Estos episodios, conocidos como estatus migrañoso, son peligrosos y comportan un gran dolor a los pacientes.

3. ¿A qué se deben las migrañas?

No se tienen claras las razones exactas por las que estas ocurren. Parece que el motivo más razonable es la alteración de ciertas áreas del cerebro que condicionan la actividad de las arterias. Se sabe que hay un alto porcentaje de posibilidades de que los hijos hereden las cefaleas de sus padres. Por lo tanto, las personas cuyos padres hayan padecido de migrañas deberán tenerlo en cuenta.

Anciana con problemas de migraña en personas mayores Anciana con migrañas en la tercera edad
Anciana en un episodio de migraña

Se ha percibido que, dentro del 10% de población que sufre estos dolores intensos de cabeza, la mayoría son mujeres (sobre todo derivados de los trastornos hormonales menstruales y menopausia). Después, se comprobó que hay condiciones médicas que vuelven a los pacientes más propensos a sufrir jaquecas. Estos son: la hipertensión arterial, el insomnio, el asma o la enfermedad de Raynaud. Igualmente, el consumo habitual de medicamentos puede acostumbrar al cuerpo, lo que aminora su eficacia.

Factores externos como la luz intensa, los sonidos fuertes o el estrés pueden derivar en cefaleas puntuales o crónicas. Encontrarse mal alimentado, falto de sueño o excesivamente cansado tras la actividad física contribuye a provocar dolores de cabeza. 

Otra razón es la automedicación. Normalmente, las personas creen que pueden recetarse medicamentos y abusan de esto sin saber que esta práctica puede derivar en problemas graves.

4. ¿Cómo se diagnostica la migraña en personas mayores?

Cualquier episodio, por corto o débil que sea, es un buen motivo para acudir a profesionales. Los estudios se realizan de forma diferente en función al tipo de jaqueca. Las migrañas con aura se detectan de una forma más rápida.

El estudio para las migrañas que no tienen aura requieren de premisas anteriores. El doctor valora hacer un análisis cuando el paciente ha tenido más de cinco ataques con una duración superior a las cuatro horas. Estos deben ser por pulsaciones o latidos y darse solo en una parte de la cabeza. Más allá de esto, se exige que los vómitos, los mareos y la hipersensibilidad a factores externos como la luz o el ruido.

El examen es complejo, y se basa en las experiencias del paciente. Este debe describir cómo son los episodios de cefalea. Tras descartar otras enfermedades cuyos síntomas sean el dolor de cabeza también, se puede hablar de migrañas crónicas e implementar un tratamiento.

5. ¿Cómo puedo tratar a mis familiares?

Lo primero que hay que apuntar es que no existe un tratamiento que cure la cefalea. Si hay, en cambio, una gran variedad de tratamientos que ayudan a mitigar los síntomas de estos episodios.

5.1. Terapia farmacológica para migraña en personas mayores

El medicamento más frecuentemente empleado es el Paracetamol. Esta es una solución accesible y sencilla que mitiga parcialmente el dolor. Estos se recetan solo cuando las jaquecas comienzan a ser un problema continuado que no permite que la persona desarrolle su vida con normalidad.

Los antiinflamatorios sirven para reducir la hinchazón de los vasos sanguíneos que producen el dolor. Estos se pueden combinar con otros medicamentos como aspirinas para controlar el dolor.

El triptán es el medicamento más extendido en el tratamiento de las migrañas. Este fármaco provoca la disminución en los vasos, es decir, los contrae. Esto solventa el problema principal de la jaqueca: la inflamación de los vasos en la cabeza. Los formatos de aplicación son muy variados. Se pueden encontrar en solución oral, inyecciones o vía nasal. Siempre se venden bajo prescripción médica. 

Los ergotamínicos son muy similares al triptán, pero son menos consumidos por la larga lista de efectos secundarios que presentan. Mientras que los antagonistas dopaminérgicos son empleados siempre como complementos de otros medicamentos.

Los analgésicos son una opción a contemplar con moderación, ya que la ingesta desmesurada acaba provocando migrañas refractarias. Los doctores no suelen recetar habitualmente codeína o barbitúricos por esa razón. 

Otras opciones solo empleadas en los casos de dolor extremo son los corticoides y los narcóticos. Estos inducen un estado de relajación para poder sobrellevar el dolor. Algunos medicamentos que han resultado efectivos en el tratamiento pese a no estar ideados con este fin son los antidepresivos, los antihipertensivos y los antiepilépticos.

5.2. Tratamiento no farmacológico para la migraña en personas mayores

Algunas personas prefieren métodos menos invasivos. Estos ayudan a paliar el dolor, pero no son un remedio a estos.

Algunos consejos que se suelen dar a nivel médico para disminuir el dolor son el reposo, los masajes suaves en la zona afectada o la aplicación de frío o calor. Las bolsas o compresas son un ejemplo de aplicación de calor o frío que se pueden colocar en el cuello y la nuca. Los baños ayudan a relajar la zona del dolor y a la persona que lo padece. Los ambientes a buscar son lugares tranquilos, sin demasiada luz ni ruidos, para que el mayor reciba las mínimas molestias.

Otra opción vinculada a la relajación son los productos de herboristería. Estas opciones naturales son poco o nada agresivas con el cuerpo, por lo que son preferidas por gran parte de los usuarios. Las infusiones y las valerianas son remedios para las situaciones de estrés. Estas ayudan a relajar al individuo y no requieren de prescripción médica.

3.3. Intervenciones para migrañas en personas mayores

Esto no es una opción que presente un catálogo amplio. Las intervenciones no son algo que se recomiende o recete con asiduidad. Se prescribe solo en casos extremos y los efectos no están muy claros.

La única opción actualmente es la inyección de toxina botulínica (botox) en la cabeza. Esto se aplica para relajar los músculos y evitar la hinchazón de las venas. Se aplica trimestralmente en la frente, los músculos de la nuca, el trapecio y el cuello y en diversos puntos de la cabeza.

Todos estos tratamientos se aplican durante meses. Los resultados son lentos, pero prometedores. En la mayoría de caso se consiguen espaciar los ataques y reducir su intensidad. Aunque la efectividad está vinculada a cada paciente, por ello, se debe realizar un estudio pormenorizado del historial clínico del paciente y de su situación de salud.

Anciana con problemas de migraña en personas mayores Anciana con problemas de migraña en personas mayores
Anciano con mareos y vértigos propios de la migraña

6. ¿Se puede prevenir la migraña en personas mayores?

Pese a lo que anteriormente hemos dicho sobre los tratamientos, hay un gran conocimiento sobre la forma de prevención. Las medidas son accesibles; por lo general, pequeños gestos que se pueden incorporar fácilmente a la rutina diaria. Por ejemplo, el consumo constante de agua. La hidratación es fundamental para evitar los dolores de cabeza.

La cafeína y el alcohol son elementos a evitar,  ya que pueden facilitar este dolor. Es esencial regular las horas de sueño para dormir el tiempo recomendado  -en la tercera edad se recomienda dormir entre 7 y 8 horas diarios-. Paralelamente, se ha de controlar los niveles de estrés. La exposición a situaciones traumáticas -sobre todo si nuestro mayor somatiza los problemas- pueden conducir a grandes episodios de malestar. 

También se recomienda la actividad física que ayude a liberar tensiones y relajar el cuerpo. Las mejores opciones son la meditación y el yoga.

Todos sabemos lo extendida que está la migraña desde la juventud. El paso del tiempo no hace otra cosa que potenciar sus síntomas y reducir la autonomía de nuestros mayores. Habitualmente hay que acompañar al mayor en estos episodios pese a que sean personas autosuficientes el resto del tiempo. Por ello, y siendo un mal evitable o controlable en algunos casos, cuidemos a los mayores que la padecen.

Fuentes:

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Alberto Cheli
Periodista y estudiante de Geografía e Historia. Actualmente redactor en miResi con el objetivo de contar historias de interés social. “El pasado es la mejor forma de acceder a la realidad del presente”
Sobre el autor

Periodista y estudiante de Geografía e Historia. Actualmente redactor en miResi con el objetivo de contar historias de interés social. “El pasado es la mejor forma de acceder a la realidad del presente”
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