El insomnio no es el único problema al que se pueden enfrentar los mayores a la hora de dormir. Los miedos nocturnos o nictofobia son una afección que puede deteriorar la calidad de vida de nuestros mayores. Por eso, en miResi te explicamos en qué consiste y los posibles remedios para los miedos nocturnos en ancianos.
Contenidos
1. ¿Qué son los miedos nocturnos en ancianos?
Los miedos nocturnos o la nictofobia son episodios de pesadillas nocturnas. La diferencia con una pesadilla común es que en estos momentos los mayores no pueden despertarse. Esto provoca que no sean capaces de salir del sueño.
Lo común es que se den al principio de la noche, y que los ancianos no recuerden gran parte del sueño que han tenido.
2. Características de los miedos nocturnos en ancianos
Los episodios de terrores nocturnos se caracterizan por la agitación de los mayores que se encuentran en la cama. En un primer momento, los ancianos dan vueltas en la cama, su respiración se agita y comienzan a patalear.
La intensidad del malestar va en aumento. Los mayores no pueden despertar, por lo que se encuentran atrapados creyendo que esto es la realidad. Los movimientos son cada vez más bruscos, como si el anciano estuviera escapando. Los gritos pidiendo ayuda son normales.
Al despertar (y conseguir esto es normalmente complicado), el mayor se encuentra en un estado de gran agitación. En este punto, es complicado calmarle. Los mayores rara vez vuelven a conciliar el sueño.
En resumen, los síntomas para saber si nuestro mayor se enfrenta a miedos nocturnos son los siguientes:
- Respiración agitada.
- Gritos y alaridos.
- Imposibilidad de despertar.
- Pupilas dilatadas.
- Pulso acelerado.
- Sudores fríos.
- Dificultad para volver a la calma.
- Estado de incertidumbre, desorientación.
- Tener problemas para recordar el sueño.
- Pataleos y movimientos bruscos.
- Posibles comportamientos relacionados con el sonambulismo.
3. ¿Cuáles son las causas de los miedos nocturnos?
Las causas de estos episodios de terror mientras se duerme son diversas. A diferencia de otros trastornos, los doctores y doctoras no pueden establecer una causalidad firme.
Los diferentes orígenes posibles son los siguientes:
- Problemas respiratorios ligados a trastornos del sueño (patologías que hacen complicado respirar en las horas de sueño).
- El Síndrome de las piernas inquietas (espasmos involuntarios en las extremidades en momentos de relajación o calma).
- Sufrir estrés postraumático.
- Estados de agitación fruto de altas tasas de estrés o ansiedad.
- La depresión aumenta las posibilidades de experimentar estas afecciones.
- Efectos secundarios de medicamentos vinculados al sistema nervioso.
- Antecedentes familiares de personas con sonambulismo (sobre todo los padres).
- El consumo de alcohol y/o drogas (incluyendo los fármacos que activen el sistema nervioso) también puede provocar estos episodios.
- Un ambiente poco adecuado para el descanso incentiva estas situaciones (ruido, excesiva luz,…).
4. ¿Hay remedio para los miedos nocturnos?
Los terrores nocturnos son complicaciones que enturbian las noches de nuestros mayores, lo cual no quiere decir que no tengan remedio. Estos episodios se pueden controlar gracias al tratamiento psicológico y la participación del mayor.
Es importante que nuestro mayor tenga rutinas de sueño que le permitan dormir las ocho horas recomendadas. Por esto se debería crear un ambiente adecuado. Controlar la iluminación, la ventilación, los ruidos del exterior,… son medidas fundamentales para que nuestros mayores descansen.
Si los motivos de las pesadillas son inseguridades, estrés derivado de situaciones traumáticas o miedos vinculados con sucesos de la vida, la respuesta es el tratamiento psicológico. Los y las profesionales pueden dar las herramientas necesarias para que los mayores no sufran de episodios de pánico. Siempre recordamos que es importante prestar atención a la salud mental de nuestros mayores, ya que estos pueden no darle importancia, pero es imprescindible para el bienestar físico y general.
La alimentación también juega un papel clave. El consumo de alcohol y cafeína es contraproducente, de la misma forma que lo es comer en exceso justo antes de dormir. A lo que podríamos sumar la realización de actividad física. El cansancio generado por una rutina diaria de deporte ayuda a conciliar el sueño fácilmente.
Otra alternativa es la opción farmacológica. Las pastillas para dormir evitan que los mayores permanezcan despiertos, pero siempre son mirados con mayor recelo por las familias.
5. ¿Cómo pueden afectar los miedos nocturnos a las personas mayores?
Pese a que los miedos nocturnos no constituyen un problema grave para la salud de los ancianos, hay problemas derivados de estos problemas. Las complicaciones son las lesiones por la agresividad de los movimientos, la falta de sueño y el cansancio continuo.
Esta situación puede derivar en altas tasas de estrés, ansiedad e incluso depresión. Vinculado a esto está la vergüenza que algunos mayores sienten por el hecho de experimentar estos momentos de terror. Sienten que es cosa de niños (cosa que no es cierta) y que se convierten en una carga para sus familiares. Por ello, hay que explicarles que esto no es así.
Los miedos nocturnos pueden cambiar las rutinas diarias de nuestros mayores. El cansancio se apodera de ellos y no se encuentran bien para realizar ninguna actividad. Por eso, es importante conocer las causa y el tratamiento que se les puede dar para atajar este problema.
Fuentes:
- Mayo Clinic: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/sleep-terrors/symptoms-causes/syc-20353524#:~:text=Los%20terrores%20nocturnos%20son%20episodios,en%20combinaci%C3%B3n%20con%20el%20sonambulismo.
- Sanitas: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/estilo-vida/controlar-pesadillas.html