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¿Cómo funciona una residencia para personas con dependencia?

La dependencia en una persona mayor implica una serie de cuidados especiales que en muchas ocasiones la familia no puede prestar. En estos casos, es usual que se piense en una residencia, si por falta de infraestructura, capacidad física o conocimiento, no se puede ofrecer al mayor dependiente los cuidados adecuados. Pero, ¿cómo funciona una residencia para personas con dependencia? Antes de entrar en detalle, lo primero será conocer más sobre la dependencia… y cómo ésta se relaciona con las residencias de mayores en España.

¿Qué es la dependencia?

Entendemos como dependencia aquel estado en el que la persona ha perdido un determinado grado de sus facultades físicas y/o mentales. Esto comporta una pérdida real de autonomía. Es decir, la persona afectada por esta pérdida de facultades, necesita ayuda de terceros para poder llevar a cabo distintas actividades cotidianas. Según la magnitud de la pérdida de facultades, variará el tipo y cantidad de apoyo que requiera en su día a día.

En el caso de las personas mayores, esta merma en las capacidades deriva de distintas patologías y afecciones que además, en muchos casos, suelen ser progresivas. Puede que se trate de un ictus, de enfermedades como el Parkinson, o del Alzheimer u otras demencias. Además, puede que la dependencia comience con situaciones en las que se ve reducida la movilidad como consecuencia de un accidente, como puede ser una fractura de cadera, por ejemplo. En todo caso, es normal que incluso la causa sea múltiple, por lo que cuando se van perdiendo capacidades físicas y/o mentales, se hace necesaria la ayuda externa constante.

Anciano residente de una de las residencias para personas con dependencia en España Anciano residente de una de las residencias para personas con dependencia en España
Anciano siendo atendido por una enfermera en una residencia para personas con dependencia

Grados de dependencia

Existe una escala en el grado de la dependencia en España que va desde la más moderada –aquella en la que las facultadas se ven poco afectadas– a la más alta –donde la asistencia y los cuidados deben ser numerosos y continuos–. 

Concretamente existen tres grados de dependencia:

  1. Dependencia moderada (Grado I): Este es el grado más bajo. En este estadio de la dependencia todavía se goza de una gran autonomía. Lo único que suelen necesitar los mayores en este punto es un acompañamiento puntual en las tareas cotidianas.
  2. Dependencia severa (Grado II): En esta etapa, la dependencia ya impide realizar gran parte de las tareas cotidianas. El mayor requiere de una persona que se implique de una forma más activa y constante en su cuidado.
  3. Gran dependencia (Grado III): Este es el grado más alto de dependencia. La persona que la presenta no tiene autonomía suficiente para desarrollar la gran mayoría de las actividades cotidianas por sí misma, por lo que requiere de ayuda especializada que conviva con ellos.

Síntomas de la dependencia

Los orígenes de la dependencia pueden ser muy distintos en cada persona, pero las consecuencias son similares, aunque puede dividirse en dos grandes grupos según el tipo de facultades mermadas. 

Es decir, si se trata de patologías neurológicas o demencias, el mayor puede comenzar a tener problemas de memoria, de desorientación, y pérdida de otras facultades cognitivas que van entorpeciendo la realización de las actividades del día a día con agilidad e independencia.

Las dependencias vinculadas con patologías mentales más avanzadas ocasionan que el mayor necesite apoyo de personal especializado en salud mental. La agresividad, las grandes lagunas mentales o la desconfianza en quienes le rodean, se convierten en un reto a la hora de convivir. 

En el caso de los mayores con problemas de movilidad, la pérdida de capacidades físicas para desplazarse o simplemente moverse aumenta poco a poco hasta perder gran parte de su autonomía o incluso puede que a consecuencia de lesiones como la fractura de cadera, el deterioro en la movilidad se produzca de forma drástica, aun después de que sea operada la fractura.

Anciana residente en una de las residencias para personas con dependencia de España Anciana residente en una de las residencias para personas con dependencia de España
Anciana residente en un centro especializado en personas con dependencia

¿Qué cuidados necesita una persona con dependencia?

Los cuidados que necesitará cada persona, dependen del tipo de facultades perdidas y del grado de esta pérdida. Es por ello que, cada caso se trata de forma individual, dependiendo del motivo que ha reducido la autonomía. 

1. Atención a mayores dependientes con patologías mentales

Los trastornos vinculados con la salud mental requieren de una atención especializada. En este caso, los especialistas en psiquiatría son los responsables del tratamiento de las personas con este tipo de dependencia.La esquizofrenia o la bipolaridad, por ejemplo, requieren de servicios específicos en las residencias, que son ofrecidos por psiquiatras y personal formado en la materia.

2. Atención a mayores dependientes con demencias

Este es un caso similar al anterior. Las personas con Alzheimer u otras demencias necesitan de apoyo y supervisión continuada. Las residencias ofrecen servicios especializados con profesionales de la salud que conocen cómo gestionar las crisis, controlar los brotes y dar una respuesta eficaz al avance de estas patologías

3. Atención a los mayores dependientes con reducción de la movilidad

Cuando se trata de reducción de la movilidad, los mayores que se encuentren en una residencia cuentan con instalaciones adecuadas al tipo de afección o patología que presenten. Es decir, están adaptadas para personas en silla de ruedas, que usan andadores, que tienen visión reducida, con problemas para comunicarse u otros, según sea el caso. La Administración Pública es la encargada de realizar revisiones periódicas para garantizar que se cumple con los espacios adaptados adecuados para atender a las personas con dependencia por movilidad reducida, según el tipo de centro. 

3. Posibles tratamientos en las residencias para personas con dependencia

Los tratamientos que se ofrecen en las residencias, a los mayores con dependencia, son personalizados según las patologías de cada mayor y por supuesto de los profesionales y unidades especializadas con las que cuente cada residencia. Esto incluye desde la prescripción de los distintos medicamentos (tratamientos farmacológicos) que puedan necesitar a los ejercicios de rehabilitación o terapia ocupacional específica para cada caso.

El objetivo principal de estos tratamientos, además de preservar el bienestar del residente, es buscar mantener en la medida de lo posible el nivel de autonomía del mayor, para que pueda tener una mejor calidad de vida. 

Fuentes:

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Pedro Álvarez Navia
Técnico Sociosanitario desde hace más de 20 años en el Sector de los Servicios Sociales. Los últimos años me he dedicado a parte de cuidados asistenciales a gestión de instituciones. Gestión Sanitaria avalada por Universidad Católica de San Antonio (Murcia). Máster en Dirección de Centros y Residencias (Inforem).
Sobre el autor

Técnico Sociosanitario desde hace más de 20 años en el Sector de los Servicios Sociales. Los últimos años me he dedicado a parte de cuidados asistenciales a gestión de instituciones. Gestión Sanitaria avalada por Universidad Católica de San Antonio (Murcia). Máster en Dirección de Centros y Residencias (Inforem).
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