El modelo de asistencia sociosanitaria a personas mayores ha ido evolucionando poco a poco. Anteriormente las opciones ofrecidas en las residencias eran muy similares para todos sus usuarios, pero ahora existen otras modalidades que tienen grandes ventajas. Se trata de las unidades de convivencia en residencias de ancianos, una nueva opción centrada en grupos más pequeños, con necesidades similares de atención, lo que permite ofrecer un trato más cercano y personalizado.
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¿Qué son las unidades de convivencia en residencias de ancianos?
Las unidades de convivencia en residencias de ancianos sonespacios delimitados (pero no cerrados) dentro de una residencia, en los que convive un grupo limitado de personas mayores dependientes que necesitan el mismo tipo de cuidados sanitarios. Estos espacios tienen una arquitectura, decoración y rutinas más similares a los de un hogar, para que sus usuarios puedan sentirse como en casa. En ellas, suelen vivir entre 9 y 15 personas que necesitan de ayuda externa continuada para desarrollar las actividades del día a día.
Según el grado de dependencia o la enfermedad, el mayor formará parte de una unidad de convivencia u otra. El objetivo es que el mayor gane autonomía pudiendo hacer frente a las actividades básicas de la vida diaria y compartiendo su día a día con otros mayores que están en circunstancias similares.
Para que su vida en la residencia sea lo más cercano posible a estar en casa, un equipo de profesionales está ahí para ellos. Especializados en distintas disciplinas (enfermería, terapia ocupacional, fisioterapia, etc.), ayudan al mayor a mantener su autonomía y ganar calidad de vida física y mental, además de ofrecer apoyo emocional. En las unidades de convivencia de las residencias, cada grupo se transforma en una pequeña comunidad o núcleo familiar.
El objetivo principal de estas Unidades de Convivencia es que los mayores se sientan como en casa gracias a espacios abiertos pero dimensionados, para evitar cualquier sensación de frialdad, la personalización de los espacios privados e incluso la posibilidad de tener a su mascota. También en estas unidades de convivencia se toman en cuenta los horarios y rutinas de sus integrantes para adaptarlos a sus preferencias, además de ofrecer actividades que sean de interés para sus residentes.
Servicios comunes de las unidades de convivencia en residencias de ancianos
Dentro de cada unidad de convivencia, existen espacios compartidos y otros más íntimos. En estos espacios comunes podemos encontrar:
- Cocina
- Comedor
- Aseo
- Dormitorios individuales con aseo que cada residente puede decorar a su gusto
- Sala de estar abierta y bien iluminada
Equipo de profesionales de las unidades de convivencia
Un equipo de profesionales especializados en geriatría, psicología, medicina, fisioterapia terapia ocupacional, enfermería y trabajo social, entre otros, garantizan la salud física y mental de los residentes. Los auxiliares o cuidadores geriátricos (suele haber entre 2 o 3 en cada turno) y el resto del equipo acaban convirtiéndose en amigos para los residentes de las unidades de convivencia.
La atención es más personalizada al ser a un grupo pequeño de mayores, a quienes ayudan en aquellas actividades de la vida diaria que lo necesiten.
Ventajas de las unidades de convivencia en las residencias de mayores
Además de un espacio físico más acotado y cálido, las unidades de convivencia cuentan con supervisión especializada de un equipo de profesionales, que se basan en el modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP) y que permite:
- Un conocimiento más profundo del mayor por parte de los profesionales con los que interactúa a diario. El mayor se siente más comprendido y arropado.
- Mejor socialización gracias a que se potencian las relaciones con los miembros de la unidad de convivencia. Un proceso que es además fomentado por los especialistas.
- Convivencia más afín. Al tratarse de un grupo de mayores con características similares, puede comprenderse entre ellos de forma más fácil, pues tendrán una situación común sobre la que conversar y sentirse comprendidos y apoyados.
- Adaptación más natural al nuevo entorno. el que sean grupos reducidos y el mayor contacto y conocimiento de los especialistas, permite al mayor adaptarse de forma rápida y natural a su nuevo lugar de residencia.
- Fomento de la autonomía: El equipo de profesionales desarrolla y propone un abanico de actividades entre las que pueden elegir los mayores, siempre pensadas para mantener las capacidades físicas y mentales en las mejores condiciones, para que los mayores disfruten de continuar valiéndose por sí mismos
- Flexibilidad: cada residente puede, al igual que si estuviese en su casa, fijar sus horarios y actividades. Tienen libertad de elección sobre lo que desea hacer, cuándo y con quienes desea hacerlo.
- Bienestar doméstico y vida digna. Este tipo de espacios e interacciones más delimitadas, ayuda a crear un ambiente más cálido y agradable, pues cuenta con una mayor privacidad y al mismo tiempo capacidad de interactuar, entablar relaciones de calidad, tener sus propios horarios y tomar decisiones sobre sus actividades diarias para vivir más a gusto.
En definitiva, optar por las unidades de convivencia permite al mayor vivir en un entorno en el que contará con el apoyo que necesita para su bienestar, mientras desarrolla sus relaciones y vida diaria de forma más natural y según sus preferencias, ganando así en calidad de vida.