Patologías

La Esclerosis Múltiple en la Tercera Edad o la Enfermedad de las Mil Caras

Toda enfermedad neurológica requiere unos cuidados especiales. Y más, cuando hablamos de patologías degenerativas. Hoy en miResi queremos hablarte en profundidad sobre la esclerosis múltiple en la tercera edad o la llamada enfermedad de las mil caras. Quédate y descubre sus síntomas, diagnóstico, factores de riesgo, consecuencias y tratamiento.

Se estima que aproximadamente el 10% de las personas que sufren esta enfermedad son mayores de 65 años.

Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores del Gobierno de México

Aunque este porcentaje es bajo, debemos pensar que el resto de la población que padece de esclerosis múltiple, en algún momento envejecerá. Y esto significa que arrastra consigo la enfermedad, ya que no tiene cura.

Debemos por tanto, hacer una distinción entre aquellas personas que contraen la enfermedad en su juventud y conviven con ella durante su vejez también, y aquellas personas mayores de 50 años que comienzan a notar los primeros síntomas de la enfermedad. Son únicamente un 5-9% de los pacientes los que sufren la Esclerosis Múltiple (EM) de comienzo tardío.

1. ¿Qué es la Esclerosis Múltiple en la tercera edad?

La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad crónica autoinmune que va deteriorando poco a poco las funciones cognitivas y el sistema nervioso central del paciente mayor.

¿De qué forma lo hace? El sistema inmunológico de estos pacientes actúa destruyendo sus tejidos eliminando una sustancia grasa que es la encargada de cubrir las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal. 

Se le llama enfermedad de las mil caras porque actúa de forma muy distinta en cada uno de los pacientes, dando lugar a síntomas diferentes también. A su vez, la evolución de la enfermedad es similar a una montaña rusa, variando mucho en el tiempo. Cuando parece que el paciente puede estar muy bien, en muy poco tiempo puede sufrir una crisis de la enfermedad bastante fuerte.

2. Síntomas de la Esclerosis Múltiple en la tercera edad

Por eso, es muy importante recabar los síntomas que nota nuestro mayor para contarle al médico y realizar un correcto diagnóstico con su tratamiento correspondiente.

No debemos confundir los síntomas de la Esclerosis Múltiple (EM) con los de la menopausia que sufren las mujeres adultas como sofocos, irritabilidad o problemas de sueño. Pueden vivirse de forma simultánea. Asimismo, tampoco debemos hacerlo con los de otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.

Los dos síntomas principales que señalan a la Esclerosis Múltiple (EM) son los problemas de movilidad y el deterioro cognitivo (afecta a la memoria o a la capacidad para resolver problemas) a medida que pasa el tiempo. Sin embargo, existen otros que también dan lugar a esta enfermedad como:

  • Adormecimiento, cosquilleo, ardor, punciones e hipersensibilidad en la piel.
  • Tirantez en los músculos con contracciones involuntarias (espasticidad).
  • Desórdenes psicológicos como la depresión.
Síntomas de la esclerosis múltiple en la tercera edad: depresión
Las enfermedades mentales son muy comunes en la tercera edad
  • Dificultad para encontrar el equilibrio.
  • Falta de coordinación.
  • Problemas de vista como la visión borrosa.
  • Irregularidad en el sueño.
  • Fuertes dolores en varias zonas del cuerpo.
  • Dificultad para caminar.
  • Balbuceo o inconvenientes para hablar. 
  • Temblores.
  • Mareos.
  • Vértigo.
  • Molestia abdominal.
  • Estreñimiento.
  • Falta de apetito.
  • Problemas para tragar (disfagia).

3. Diagnóstico de la Esclerosis Múltiple en la tercera edad

Dado lo difícil que es confundir los síntomas de la Esclerosis Múltiple (EM) con cualquier otra enfermedad, es necesario acudir al médico cuando detectes algunos de ellos en tu mayor. Así, el profesional de la salud podrá realizar un diagnóstico mediante diferentes pruebas como las siguientes:

  • Conocer la historia clínica del paciente (incluida la vacunación).
  • Exploraciones pélvicas.
  • Mamografías.
  • Análisis de sangre (para comprobar si existe colesterol o anemia).
  • Punción medular.
  • Resonancia magnética.
  • Exámenes dermatológicos.
  • Reconocimientos oftalmológicos.

4. Causas o factores de riesgo de la Esclerosis Múltiple en la tercera edad

¿Tienes a algún familiar sufriendo esta enfermedad? ¿Alguna vez te has preguntado cuál puede haber sido su causa? Verdaderamente, se desconocen los motivos o factores de riesgo contundentes que hacen que esta enfermedad aparezca. 

Pero, se estudia que podría ser fruto de:

  • Genética: si algún miembro de la familia ha sufrido la enfermedad, las siguientes generaciones tienen más probabilidades de padecerla también.
  • Edad: normalmente la suelen comenzar a padecer personas desde los 20 hasta los 40 años. Sin embargo, hay un mínimo porcentaje que la contrae después de los 50 años. Aún así, es una enfermedad que dura toda la vida.
  • Sexo: sobre todo, se detecta en mujeres.
  • Raza: las personas blancas con antecedentes de Europa del Norte tienen más posibilidades de contraer esta enfermedad.
  • Clima: el tipo de temperatura que haga en el sitio de residencia de la persona mayor, incrementará o disminuirá el riesgo de padecer Esclerosis Múltiple (EM). Sobre todo, influyen las medias-altas temperaturas. Asimismo, es más frecuente en países con climas templados.
  • Déficit de vitamina D: los bajos niveles de esta vitamina o la leve exposición solar, provocará mayor riesgo de padecer Esclerosis Múltiple (EM).
  • Infecciones: por virus como el que ocasiona la mononucleosis infecciosa.
  • Patologías autoinmunes: como tiroides, anemia perniciosa, psoriasis, diabetes tipo 1 o enfermedad inflamatoria intestinal.
  • Tabaco: fumar en la tercera edad o en cualquier otra etapa, promueve malos hábitos y la ingesta continua de sustancias tóxicas que deterioran el organismo.

5. Tratamiento de la Esclerosis Múltiple en la tercera edad

Esta enfermedad es incurable. Se siguen realizando investigaciones médicas para dar con la cura definitiva, pero aún no se ha conseguido. 

De momento, lo más recomendable es visitar frecuentemente al médico de cabecera o al neurólogo si tu mayor presenta la enfermedad. De esta forma, prescribirá el tratamiento adecuado (farmacológico o no farmacológico) para aliviar los síntomas.

Tratamiento de la esclerosis múltiple en la tercera edad
El especialista médico en este caso el neurólogo prescribirá el tratamiento adecuado

¡Importante! Si tu mayor presenta algún tipo de enfermedad cardiaca o piensa que puede padecerla, debes también comentarlo con el médico. Pues, las patologías relacionadas con el corazón afectan de forma directa a la Esclerosis Múltiple (EM).

5.1. Tratamiento farmacológico

Si el médico decide prescribir al mayor enfermo un tratamiento farmacológico, éste puede incluir los siguientes medicamentos:

  • Corticoides. Pues, poseen propiedades antiinflamatorias.
  • Inmunomoduladores. Se encargan de vigilar la reacción autoinmune y controlar la inflamación.
  • Relajantes musculares. Sirven para mejorar síntomas como la rigidez de los músculos o los espasmos eléctricos.
  • Otros fármacos. Destinados a tratar la depresión, el dolor crónico, la disfunción sexual o el insomnio.

Recuerda que siempre, antes de adquirir estos medicamentos, debes consultar con tu médico para que te recete lo que estime oportuno.

5.2. Plan de rehabilitación: tratamiento no farmacológico

Al margen del tratamiento farmacológico, existe una base de hábitos saludables que deben poner en práctica los enfermos de Esclerosis Múltiple (EM) para mejorar su calidad de vida. 

Desde miResi te damos los siguientes consejos:

5.2.1. Gimnasia para personas mayores

Realizar ejercicio físico regularmente ayudará a fortalecer los músculos (sobre todo de brazos y piernas).

Rehabilitación de la esclerosis múltiple en la tercera edad: gimnasia para personas mayores
Una rutina diaria de ejercicio físico garantiza también la salud mental de la persona mayor

En el caso de que exista una inmovilización completa, será necesario el traslado a un centro de rehabilitación para recuperar la habilidad motora.

5.2.2. Buena alimentación

Una dieta rica en fibra mejora algunos síntomas de la enfermedad como puede ser el estreñimiento. Además, para evitar la deshidratación en personas mayores, deben tomar al menos 2 litros de agua al día.

Por otro lado, si presentan problemas de disfagia, las comidas deben estar adaptadas (se aconseja el triturado de alimentos) y debemos mantener a nuestro mayor en una posición correcta (cabeza recta) a la hora de comer.

En el caso de que el deterioro físico y cognitivo sea importante y la persona mayor sea completamente dependiente, nos apoyaremos de una sonda para alimentarlo.

5.2.3. Seguimiento del peso

Es importante llevar una dieta saludable que evite problemas de obesidad. Pues, este sobrepeso puede ocasionar daños en las articulaciones. Te aconsejamos seguir este Menú semanal para personas mayores.

5.2.4. Revisiones médicas continuas

Acudir de forma regular al médico de cabecera hará que llevemos un control de la tensión arterial, las glucemias y el colesterol del paciente con Esclerosis Múltiple (EM).

De esta forma, mantendremos estable esta enfermedad.

5.2.5. Dejar de fumar

Es importante eliminar por completo el tabaco de la vida de los pacientes con Esclerosis Múltiple (EM), pues afecta gravemente al desarrollo de la enfermedad.

5.2.6. Prevenir escaras

Los pacientes con Esclerosis Múltiple (EM) en fase avanzada, se encuentran en situación de dependencia. Completamente inmovilizados, acostados en una cama adaptada. Aquí los cuidados paliativos son clave para que personal especializado se encargue de cambiar de postura al mayor y observar a menudo su piel.

Ya que ésta puede presentar rojeces que debemos examinar. Además, debe estar seca en todo momento (aún más si el mayor tiene problemas de incontinencia urinaria).

Por otro lado, el mayor dependiente debe tener a su alcance una silla de ruedas adaptada con cojines antiescaras para garantizar su comodidad, la salud de su piel y mejorar su movilidad.

5.2.7. Adaptación del hogar

En caso de que el mayor con Esclerosis Múltiple (EM) se encuentre en las primeras fases de la enfermedad, podrá mantenerse en casa. Eso sí, debe adaptarse el hogar para cuando el grado de dependencia aumente.

Sobre todo, el cuarto de baño. Se deben adquirir ayudas técnicas como sillas de ruedas o grúas especiales para bañeras, quitar todos aquellos objetos domésticos que obstaculizan el paso por la casa (como por ejemplo, alfombras) y garantizar que la altura de la cama y de la silla de ruedas adaptada sea la misma.

En caso de que sea insostenible para el familiar del mayor hacerse cargo de estos cuidados, se recomienda enormemente el ingreso en una residencia o centro de día. Es una buena forma de asegurar la calidad de vida de tu mayor, donde se ofrecen cuidados profesionales de la mano de personal sanitario de calidad.

5.2.8. Vestimenta cómoda

El mayor debe sentirse cómodo vistiendo con ropa holgada, que no le apriete. Asimismo, velcros o cremalleras harán más fácil para el cuidador y el mayor la vestimenta diaria (los botones suelen ser molestos para abrochar y se pierde más tiempo).

5.2.9. Comunicación no verbal

Con el avance de la enfermedad, el mayor comienza a tener dificultades para articular palabras. El deterioro cognitivo es cada vez más importante. 

Por eso, debemos adaptarnos a sus necesidades y no perder la comunicación con él. Podemos hacerlo a base de gestos o a través de algún dispositivo electrónico como un ordenador que retransmita lo que nos quiere decir.

6. Cuidados en residencias para la Esclerosis Múltiple en la tercera edad

Como vemos, las necesidades que presentan los enfermos mayores de Esclerosis Múltiple (EM) son bastantes. Por ello, los cuidados también lo son.

Por un lado, es de vital importancia contar con un buen equipo de atención médica primaria, enfermería y neurología para trabajar sobre la rehabilitación cognitiva del paciente en una residencia.

Asimismo, el apoyo de un psicólogo especializado en geriatría ayuda al mayor con esta enfermedad degenerativa a afrontar la tristeza, la angustia, el trastorno de ansiedad generalizado o la depresión por la pérdida de autonomía. Todo esto mediante una terapia cognitivo-conductual específica.

Con el deterioro cognitivo y la pérdida de habilidades como la marcha, necesitan ayuda asistencial. Además, el mayor cuenta con movilidad reducida o incluso, inmovilidad total. Esta falta de movimiento puede ocasionar principios de osteoporosis, una enfermedad que afecta a los huesos. Por eso, la terapia ocupacional en residencias es una buena forma de activar las funciones cerebrales mediante actividades para frenar este deterioro.

Por último, para evitar que el deterioro cognitivo afecte al habla del paciente mayor por completo, es muy importante contar con la figura de un logopeda en residencias. También, la de un fisioterapeuta que garantice una rutina diaria para mejorar la movilidad (a través del fortalecimiento de las piernas del mayor, sobre todo).

7. Pide ayuda para tu mayor dependiente

¿Cómo funciona una residencia para personas con dependencia? Por un lado, ofrecen la ayuda asistencial necesaria para que el mayor tenga cubiertas sus necesidades más básicas como el aseo personal, la alimentación o la vestimenta. Pero, a su vez luchan por un envejecimiento activo promoviendo actividades y talleres adaptados a los grados de dependencia para integrar a todos los residentes y lograr mejoras cognitivas.

Las residencias de mayores trabajan por mejorar día a día la calidad de vida del mayor. Aseguran su bienestar y tranquilidad, así como trabajan para frenar el deterioro de sus capacidades. De esta manera, se intenta devolver su independencia, consiguiendo que puedan valerse por sí mismas.

Encontrar una residencia perfecta para tu familiar no es tarea fácil. Existe un amplio abanico de ofertas con precios y servicios muy diversos. Para que tu búsqueda sea más sencilla y eficaz, miResi quiere ayudarte.

Escuchamos a las familias, entendiendo todas las necesidades y requisitos. Recomendamos los centros que mejor se ajusten a cada caso. Tramitamos el ingreso y hacemos un seguimiento a posteriori. Queremos asegurarnos de que el mayor se sienta feliz y a gusto. Nuestro servicio es totalmente gratuito, asesorando de manera personal y cercana.

¡Contacta con nosotros! Te acompañamos en el proceso 💚

Fuentes:

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Maria Álvarez
Graduada en Comunicación Publicitaria y ahora redactora en miResi. Desde que tiene uso de razón, adora escribir. Cree en el valor humano a la hora de contar historias. Especialista en redacción sobre salud mental en mayores.
Sobre el autor

Graduada en Comunicación Publicitaria y ahora redactora en miResi. Desde que tiene uso de razón, adora escribir. Cree en el valor humano a la hora de contar historias. Especialista en redacción sobre salud mental en mayores.
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