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Descubre los Principales Tipos de Desórdenes Alimenticios en Personas Mayores

Sí… Desgraciadamente, las personas mayores también sufren trastornos alimenticios. Comienzan a relacionar la comida con las emociones y esto tiene un efecto negativo sobre su salud. Existen diferentes tipos de desórdenes alimenticios en personas mayores. Hoy, te hablamos sobre cada uno de ellos.

1. Cómo es la alimentación en la tercera edad

La malnutrición o la incorporación de malos hábitos alimenticios tiene consecuencias negativas sobre la salud física y mental de los adultos mayores. Éstos tienen unas necesidades nutritivas que cubrir impidiendo así, la llegada de muchas enfermedades.

Estos trastornos suelen darse con mayor frecuencia en mujeres. Muchas veces fomentados por estereotipos sobre los cánones de belleza del cuerpo femenino. Un estigma social que aún cuesta romper. Y que puede desencadenar -los casos más graves- una depresión.

Los requerimientos nutricionales están entre 2000 y 2500 kilocalorías por día para las mujeres.

OMS (Organización Mundial de la Salud)

Pero, la vejez trae consigo muchas situaciones que causan un gran malestar -tanto físicas como psicológicas-. Como la transformación del cuerpo o el estrés producido por eventos traumáticos que causan mucho dolor (como el fallecimiento de un ser querido, la emancipación de los hijos, la jubilación…). Estos problemas pueden suponer grandes dificultades para el mayor a la hora de combatirlos. Por eso, en vez de hacerle frente se aferra a conductas que le alivian ese sufrimiento como pasa con el alcoholismo en personas mayores.

¡Sigue leyendo para saber más sobre desórdenes alimenticios en personas mayores!

2. ¿Qué son los desórdenes alimenticios en personas mayores?

Los TCA (Trastornos de Conducta Alimentaria) son alteraciones de la salud mental, que por supuesto también afectan a la tercera edad. Los mayores pueden haber sufrido este tipo de trastornos en su juventud, pero no haber recibido ningún tipo de tratamiento. O pueden haberlo tratado y remitido, pero vuelve a aparecer en la edad adulta. O incluso, aparecer por primera vez cuando ya tienen una edad avanzada debido a algún suceso estresante en sus vidas.

Estos trastornos psicológicos suelen aparecer por una preocupación excesiva por el aspecto o la imagen física de sí mismos. Que ha cambiado con el paso de los años. La musculatura se debilita, los huesos se resienten (pudiendo causar osteoporosis), la piel se reseca enormemente formándose arrugas (incluso, tiende a colgar). Estos cambios en el cuerpo se transforman en complejos que acaban destrozando la autoestima de la persona mayor.

Además, ven cómo su cuerpo cambia de peso cada vez más a menudo. Y dejan de sentirse cómodos con ellos mismos. Pero, lo positivo es que estos desórdenes se pueden tratar, evitando que se conviertan en enfermedades crónicas mucho más difíciles de eliminar. Sin embargo, a veces son difíciles de diagnosticar porque los síntomas se suelen confundir con el propio envejecimiento.

3. Tipos de desórdenes alimenticios en personas mayores

Existen muchas formas distintas de relacionarse mal con la comida. Te contamos a continuación las principales en la tercera edad.

3.1. Hiporexia o desnutrición

La hiporexia es un trastorno de la alimentación en el que el adulto mayor va perdiendo el apetito poco a poco, de forma progresiva. Afecta mayoritariamente a los mayores de 80 años que se sienten solos, tienen una baja autoestima o su estado de salud se encuentra muy comprometido.

Esta alteración alimentaria se caracteriza porque el mayor comienza a perder peso, se reduce su apetito y deja de ver los alimentos como apetecibles. Esto se debe a la pérdida de capacidad sensorial para saborearlos, en mayor medida.

Esto puede dar lugar a infecciones o incluso, a la desnutrición. Por eso, es importante que como cuidadores cocinemos platos atractivos para que aumenten sus ganas de comer. Lo ideal será hacer más tomas diarias (6 o más), menos cantidad, más sólidas y con un incremento del aporte calórico.

Por otro lado, las personas mayores que dejan de comer de esta forma también dejan de hidratarse. Esto afecta gravemente a su salud, pues se eleva su tensión arterial y su temperatura corporal. Incluso, puede provocar un estado de confusión en el mayor. Por eso, es importante animarles en todo momento a beber un poco de agua, consiguiendo que la suma al final del día sea de 1 litro y medio.

3.2. Anorexia nerviosa

La persona mayor con este trastorno de la conducta alimentaria tiene una idea desfigurada de su cuerpo. Se ve con más peso del que realmente tiene si se mira a un espejo. Empieza a detestar tanto su imagen que toma acción sobre sus hábitos alimenticios de forma drástica. 

Comidas restrictivas que la conducen a un adelgazamiento extremo. Esta pérdida poco saludable de peso puede conducirla a un estado de desnutrición motivado por los estereotipos sociales de belleza.

La anorexia nerviosa puede llegar a ser muy peligrosa, convirtiéndose en una enfermedad crónica en la tercera edad. Por eso, los cuidadores debemos acompañarlos en cada comida para vigilar su conducta, observar su estado de ánimo, llevarlos a terapia psicológica para chequear su salud mental, garantizar la correcta administración de la medicación (en caso de que fuese necesaria)…

3.3. Bulimia nerviosa

Este desorden alimenticio se parece mucho a la anorexia nerviosa. La diferencia es que es mucho más radical. La persona mayor no se siente a gusto con su cuerpo y lucha para conseguir la imagen deseada a costa de lo que sea. 

Ya sea vomitando o tomando laxantes después de comer para eliminar la mayoría de alimentos ingeridos. Una conducta totalmente controladora e incluso, obsesiva.

3.4. Trastorno por atracón

Este desorden es radicalmente opuesto. La ansiedad genera una conducta compulsiva por ingerir alimentos en grandes cantidades y a deshora. Esto provoca un aumento notable de peso que conlleva consecuencias en la salud del anciano como el debilitamiento de los músculos y los huesos.

Un estado ansioso que puede conducir al sobrepeso o incluso, a la obesidad. Pues, el aumento del apetito unido al sedentarismo puede generar esta condición física.

La obesidad afecta al 20-30% de las personas mayores de 80 años.

OK Diario

El apetito de las personas mayores con trastorno de atracón es innegable. Pero, lo que sucede es que no disfrutan la comida. La ven como un elemento que alivia su malestar y no como un elemento que les pueda nutrir. Por eso, motivarlos a comer despacio, masticando bien los alimentos y disfrutando de los diferentes sabores puede ayudar mucho a que la sensación de saciedad llegue antes, además de terapia psicológica para encontrar el foco del problema de su relación con la comida.

3.5. Trastorno por evitación o restricción de la ingesta de alimentos

Este trastorno suele aparecer en personas mayores con una edad ya muy avanzada. Sobre todo, en mayores dependientes que hayan sufrido un importante deterioro cognitivo y que así lo muestre su conducta. 

Pues, se niega a comer. Rechaza por completo cualquier comida o casi ni la prueba. De hecho, escupirla o no abrir siquiera la boca son algunas conductas o acciones que llevan a cabo para evitar la ingesta de alimentos.

Muchos de ellos pueden presentar problemas dentales que les impiden masticar correctamente o incluso, problemas de disfagia. Es decir, dificultades para tragar los alimentos. Por eso, existen servicios dentro de las residencias como odontólogos, terapeutas ocupacionales, nutricionistas, logopedas o psicólogos, entre otros. Todos ellos ayudan a los mayores a mejorar sus capacidades físicas y mentales para alcanzar una calidad de vida y alargar su autonomía lo máximo posible.

Tipos de desórdenes alimenticios en personas mayores: consulta de nutrición
El servicio de nutrición en residencias se adapta a cada paciente para mejorar sus hábitos alimenticios

4. Síntomas de los desórdenes alimenticios en personas mayores

Algunos signos generales que pueden avisarnos de una conducta extraña con la comida por parte de la persona mayor a la que cuidamos, pueden ser los siguientes:

  1. Hipersensibilidad al frío.
  2. Pérdida o aumento rápido de peso.
  3. Incremento de la grasa corporal o por el contrario, presenta una apariencia física desnutrida. En este último caso, puede verse un debilitamiento extremo de los músculos, provocando incluso sarcopenia.
  4. Caída descontrolada de pelo.
  5. Se escaquea de muchas comidas.
  6. Acude usualmente al baño después de cada comida.
  7. Huye de los planes relacionados con la comida.
  8. Experimenta transformaciones de conducta.
  9. Negativismo.

Debemos estar atentos a estos síntomas. Vigilarlos muy bien para detectar si nuestro mayor tiene un problema al relacionarse con la comida… Si bien es verdad, puedes verte sobrepasado por la situación. No dudes en pedir ayuda externa si lo crees necesario.

5. Complicaciones de los desórdenes alimenticios en personas mayores

Detectar a tiempo un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) en nuestro mayor, nos libera a nosotros como cuidadores y a nuestro mayor como paciente de posibles consecuencias negativas en el futuro. Como por ejemplo:

6. Tratamiento de los desórdenes alimenticios en personas mayores

Desde miResi, queremos ofrecerte algunas recomendaciones en caso de detectar estas anomalías en nuestro mayor. 

¡Sigue los próximos pasos!

6.1. Busca ayuda profesional sanitaria

Primero, con el médico para descubrir si existe algún problema físico. En caso de que no, será necesario acudir a un psicólogo para que pueda contarle cómo se siente.

Si el médico lo cree necesario, puede prescribir algunos suplementos nutricionales si considera extrema la delgadez del paciente o nota un signo claro de desnutrición. Pues, su salud corre peligro a corto plazo.

6.2. Acude a una consulta de psiconutrición

Esto será lo ideal en caso de que nuestro mayor sufra un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Con apoyo psicológico a través de la psicoterapia especializada en alimentación, nuestro mayor puede mejorar su relación con la comida aprendiendo a gestionar sus emociones, pensamientos y conductas.

El nutricionista también es un apoyo importante. Se aconseja seguir una dieta mediterránea equilibrada alta en proteínas, vitamina D, calcio, grasas omega 3 y fibra. De esta forma, se garantizan los nutrientes necesarios en personas mayores.

Además, seguir una terapia cognitivo-conductual es también una fórmula mágica para superar estos trastornos. Se trabaja sobre los pensamientos asociados a la imagen corporal mediante la aceptación de la vejez y los cambios producidos en el cuerpo, la mejora de la autoestima y el amor propio. Todo esto unido a una terapia interpersonal en la que se estudian roles, el fracaso en torno a las relaciones personales o la pérdida de seres queridos con los que el mayor había establecido un fuerte vínculo.

6.3. Apóyate en tu familia

Los seres queridos más cercanos deben ser un apoyo total para el mayor que padezca algún tipo de trastorno alimenticio. A este apoyo familiar se le llama método Maudsley, una técnica que unida al resto de tratamientos fomentan la mejoría psicológica de estos pacientes. Sin duda, dejan de sentir que tienen que luchar solos contra este problema.

Tratamiento para los tipos de desórdenes alimenticios en personas mayores: apoyo familiar
El apoyo continuo de la familia es vital para la recuperación del mayor con TCA

6.4. Participa en una terapia grupal

Compartir vivencias, pensamientos y emociones con personas que han vivido situaciones similares a las tuyas, te hace sentirte menos solo. Y además, mucho más comprendido. Sobre todo, para las personas mayores, pues cada vez les cuesta más expresar cómo se sienten.

Por este motivo, las terapias grupales funcionan tan bien. Suelen llevarse a cabo para personas diagnosticadas con bulimia nerviosa o trastorno por atracón. Les ayuda especialmente a escupir esas emociones que se han quedado atascadas y necesitan aliviar con conductas de arrepentimiento para eliminar el sentimiento de culpa o conductas compulsivas para aliviar el malestar o el sufrimiento interno.

6.5. Diseña un proyecto de vida

Tener planes, metas y objetivos a corto plazo ayuda mucho a tener otra perspectiva de la vida. Mucho más ilusoria y motivacional.

Recordarle a nuestro mayor con algún trastorno alimenticio todo lo que puede y es capaz de conseguir, subirá su autoestima mucho. Debemos hacerle sentir útil, válido y creer en él, pues es la única forma de alentarlo y mostrarle esa esperanza. Esa luz al final del túnel: la paz mental que quiere conseguir.

6.6. Haz ejercicio físico cada día

La salud mental también se cura con salud física. Para ello, establecer una rutina deportiva para mejorar la movilidad, potenciará las habilidades de nuestra persona mayor.

Lo ideal será que realice deporte 3 o 4 veces por semana, dependiendo de sus capacidades. El ejercicio será adaptativo a las circunstancias de salud del mayor, pero siempre se deberá incidir sobre tres aspectos fundamentales: la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad. De esta forma, intentaremos fortalecer su musculatura.

Tratamiento para los tipos de desórdenes alimenticios en personas mayores: hacer ejercicio físico cada día
Cuerpo sano mente más fuerte

7. ¿Qué hacer si nuestro mayor presenta algún desorden alimenticio?

Muchas veces no sabemos cómo actuar cuando detectamos que algo no va bien en la salud de nuestro mayor. Lo primero que debes hacer es hablar con tu ser querido y preguntarle si todo va bien, si necesita tu ayuda de alguna manera. A continuación, le puedes sugerir que reciba ayuda externa, ya sea médica o psicológica, para terminar con su problema cuanto antes. 

Después de haber sido diagnosticado con algún desorden alimenticio, lo más recomendable es que alguien le ayude a seguir una dieta variada y equilibrada con la que adquirir todos los nutrientes y vitaminas necesarias. Además, se recomienda que los cuidadores vigilen a los mayores durante las comidas para supervisar sus conductas.

¿Y si se vuelve dependiente…?

Las personas mayores necesitan de más cuidados y mejores en el momento en el que empiezan a envejecer. En algunas ocasiones, presentan problemas de movilidad y poco a poco se vuelven más dependientes. Si a tu mayor le sucede esto, una buena solución es encontrar un buen centro de mayores. En miResi sabemos que encontrar una residencia de mayores que más se acerque a las necesidades de tu mayor no es para nada sencillo. Es por esto que nuestro equipo hace una gran labor ayudando a miles de familias para encontrar la residencia idónea. Escríbenos o llámanos y te atenderemos de manera personalizada,  sin compromiso y de forma completamente gratuita 💚

Fuentes:

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Maria Álvarez
Graduada en Comunicación Publicitaria y ahora redactora en miResi. Desde que tiene uso de razón, adora escribir. Cree en el valor humano a la hora de contar historias. Especialista en redacción sobre salud mental en mayores.
Sobre el autor

Graduada en Comunicación Publicitaria y ahora redactora en miResi. Desde que tiene uso de razón, adora escribir. Cree en el valor humano a la hora de contar historias. Especialista en redacción sobre salud mental en mayores.
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