Con el envejecimiento, el cerebro de nuestros mayores comienza a sufrir un deterioro cognitivo. Para evitar enfermedades que afectan al sistema nervioso central, debemos llevar un estilo de vida saludable. Hoy en miResi te contamos todo sobre los problemas neurológicos en ancianos más frecuentes.
Se podría decir que estas dificultades cognitivas están formados por: enfermedades degenerativas como el Alzheimer, enfermedades que afectan a la visión, enfermedades raras, enfermedades congénitas (desde el nacimiento) y las más comunes, enfermedades por envejecimiento que suelen afectar a la población mayor de 65 años.
Todas ellas pueden llegar a impedir la autonomía total (tanto física como mental) de la persona mayor, suponiendo un problema grave de dependencia.
Contenidos
1. Los problemas neurológicos más frecuentes
Lo primero para saber elegir los mejores cuidados para nuestros mayores es conocer cuáles son las enfermedades cognitivas más comunes.
A continuación, te hablamos sobre los principales trastornos neurológicos (existen más de 600) en la tercera edad:
- Enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
- Demencias de origen vascular.
- Otras alteraciones causadas por enfermedades cerebrovasculares como derrames cerebrales o ictus.
- Trastornos convulsivos como la epilepsia.
- Neuropatías.
- Traumatismos craneoencefálicos.
- Esclerosis múltiple.
- Lesiones cerebrales o en la médula espinal.
- Tumores cerebrales o metástasis a causa del cáncer.
- Infecciones cerebrales como la meningitis o la encefalitis.
- Enfermedades congénitas como la enfermedad de Huntington o la distrofia muscular (provocada por la aparición de genes defectuosos).
- Problemas en el sistema nervioso como la espina bífida.
2. Síntomas de problemas neurológicos en ancianos
A pesar de que la sintomatología es variable en cada enfermedad, hemos agrupado los principales síntomas que apuntan a los problemas más comunes. Son los siguientes:
- Trastorno de ansiedad.
- Dificultad para moverse.
- Problemas al tragar (el mayor puede estar experimentando disfagia).
- Dificultad respiratoria.
- Alteraciones en el habla.
- Problemas de visión.
- Dificultades para recordar (deterioro cognitivo de la memoria).
- Pérdida de habilidades cognitivas.
- Inestabilidad emocional y cambios de humor constantes.
- Aumento del riesgo de caídas en personas mayores.
- Dolor de cabeza.
- Debilitamiento o entumecimiento de alguna extremidad.
- Mareos.
- Desmayos e incluso, pérdida de conciencia.
- Temblores, espasmos y contracciones involuntarias.
Todos estos síntomas físicos aparecen por la somatización de enfermedades mentales que pueden estar afectando al adulto mayor en gran medida. Como por ejemplo, la demencia o la depresión.
3. Prevención de enfermedades mentales
¿Cómo podemos tratar de evitar que éstos aparezcan en nuestros mayores a una edad avanzada? Es difícil predecir el estado de salud de nuestros familiares en un futuro a corto, medio o largo plazo. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es animarles a establecer en su día a día nuevos hábitos saludables.
Te aconsejamos algunos como:
- Realizar actividades de estimulación cerebral diariamente para lograr una mente sana y equilibrada, evitando la pérdida de habilidades y capacidades cognitivas de forma radical.
- Dieta sana y equilibrada. La alimentación es muy importante para la salud cognitiva de nuestro mayor. Con ella y otros hábitos, se evitan factores de riesgo tales como la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes o la obesidad.
- Eliminar adicciones como el tabaquismo, el alcoholismo y las drogas. Afectan de manera directa a la salud cognitiva del anciano y pueden suponer un gran riesgo para el cerebro ocasionando lesiones.
- Realizar una rutina deportiva diaria con una intensidad moderada. El objetivo es mejorar la movilidad de nuestros mayores y fomentar la motivación, la autoestima y reducir los niveles de estrés.
- Descansar al menos 8 horas al día para evitar el agotamiento. A pesar de que muchos mayores sufren de insomnio o sus necesidades de sueño han cambiado con la edad, debemos intentar dividir las horas entre la noche y la tarde. Pero, ¡cuidado con las siestas largas! Lo ideal es que no duren más de 15-20 minutos para que por la noche puedan hacer frente a los problemas de sueño.
- Animarles a socializar con su entorno. De esta forma, evitaremos su aislamiento y enfermedades como la depresión (la mayoría de veces provocada en parte por la soledad).
4. Tratamiento de problemas neurológicos en ancianos
Si hemos detectado que nuestro mayor sufre alguno de los síntomas comentados anteriormente, lo ideal será consultar con el médico de cabecera o en este caso, con un especialista: el neurólogo.
El diagnóstico precoz de cualquier enfermedad cognitiva ayuda a frenar los daños y las secuelas que ésta pueda llegar a causar en nuestros mayores.
Dependiendo del tipo de enfermedad que sea, el pronóstico de cura será uno u otro. Desgraciadamente, muchas de ellas son graves y no tienen cura como el Alzheimer. Pero, sí que se pueden tratar sus síntomas para que el mayor gane en calidad de vida.
Sin embargo, en los mejores casos como la epilepsia, el pronóstico es bastante bueno. Por lo que, siguiendo el tratamiento pautado por el médico, conseguiremos un alto índice de recuperación.
5. Neurorehabilitación en residencias
Las residencias de nuestra red cuentan con diferentes servicios entre los que se encuentra el servicio de rehabilitación neurológica para mayores con enfermedades cognitivas en diferentes fases.
El objetivo de estos centros es garantizar la mayor autonomía posible del paciente mayor para que pueda hacer frente de forma independiente a las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
¿Cómo se trabaja en estas unidades?
- Valoración del estado de salud del paciente.
- Actividades de estimulación psicomotriz para mejorar habilidades físicas como la coordinación o la fuerza.
- Terapia de estimulación cognitiva que fomentan una mejoría en la memoria a través de ejercicios para recordar, la musicoterapia o los mejores ejercicios de relajación.
- Actividades para estimular los sentidos como la aromaterapia (olfato) o la fototerapia (tacto).
- Seguimiento de la evolución del paciente mayor. Una vez haya experimentado todas estas actividades durante un período concreto establecido por un terapeuta ocupacional, se realizará una segunda valoración.
- Establecer una dieta específica para el mayor. Las residencias que forman parte de la red de miResi incorporan a las recetas alimentos que puedan tragar y digerir los mayores con problemas de disfagia.
- Actividades de ocio y socialización. Esto ayudará al mayor a evitar su aislamiento social y la soledad, compartiendo con otros mayores residentes.
- Atención psicológica para mejorar el estado anímico del paciente mayor. La mayoría de residencias de nuestra red, también ofrecen un servicio de psicología como apoyo emocional al paciente enfermo y a las familias. El reto es enseñar a gestionar y aceptar su propia realidad.
Los problemas neurológicos en ancianos pueden suponer un riesgo para el nivel de autonomía de los mayores enfermos, tanto a nivel físico como psíquico.
Si consideras que el grado de dependencia de tu adulto mayor es cada vez superior, desde miResi te recomendamos contactar con nuestro equipo de asesoramiento familiar. ¡Queremos ayudarte a encontrar los mejores cuidados para tu mayor!
Estamos aquí para ti 💚
Fuentes:
- Sanitas: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/tercera-edad/control-patologias-cronicas/enfermedades-neurologicas.html
- Top Doctors: https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/trastornos-neurologicos
- Residencia San José: https://www.residencialsanjose.org/es/cuidados-neurologicos